El relevo español de 4x400 metros, formado por Óscar Husillos, Lucas Búa, Samuel García y Bruno Hortelano, consiguió la medalla de bronce en los campeonatos de Europa después de haber estado en cabeza durante toda la prueba hasta que faltaron veinte metros para la meta.
El experimentado belga Kevin Borlee, que remataba la posta en el equipo defensor del título, dosificó mejor sus esfuerzos y aniquiló en la recta final a un impetuoso Bruno Hortelano que había recibido el testigo con dos metros de ventaja sobre el belga y fue aumentando la diferencia de forma espectacular durante tres cuartos de vuelta.
Pero de pronto Bruno se quedó sin energías. Su ritmo decayó de forma alarmante en la recta y fue aniquilado por el mejor de los hermanos Borlee, que cruzó la meta con un crono ganador de 2:59.47.
Hortelano, que recorrió angustiosamente los últimos metros, fue adelantado también por Martyn Rooney, dos veces campeón de Europa individual, que dio a Gran Bretaña la plata con 3:00.36, mientras el plusmarquista español se arrojaba sobre la línea para no perder también el bronce, que ganó con 3:00.78, segunda mejor marca española de la historia.
La coincidencia en el tiempo de cuatro atletas con marcas cercanas a los 45 segundos (dos por debajo, Hortelano y Husillos, y dos por arriba, Lucas Búa y Samuel Sánchez) ha obrado el milagro de que España consiga, por segunda vez en su historia, subir al podio en el relevo largo, un año después de obtener un brillante quinto puesto en los Mundiales de Londres.
La única vez que había sucedido fue hace veinte años, en Budapest, con un cuarteto formado por Antonio Andrés, David Canal, Andrés Martínez y Juan Trull que obtuvo la medalla de bronce con un tiempo de 3:02.47, por detrás de Gran Bretaña y Polonia.
El éxito pertenece también al madrileño Mark Ujakpor y al canario Darwin Echeverry, los dos atletas que se batieron por ganar la plaza de finalistas en sustitución de Hortelano y Husillos, que competían en finales individuales.
Hortelano, cuarto en la final de 200, pudo, al fin, colgarse una medalla en su regreso a la competición después de casi dos años de inactividad tras su accidente de tráfico en 2016.
Las otras dos oportunidades de medalla para España resultaron fallidas. En 800, el polaco Adam Kszczot, dos veces subcampeón mundial, conquistó su tercer título consecutivo con su habitual maestría en una carrera que situó séptimo y penúltimo, con 1:46.41, al salmantino Álvaro de Arriba, que estaba entre los favoritos.
Kszczot ganó con su mejor marca del año (1:44.59), seguido de Andreas Kramer, que batió el récord de Sueca con 1:45.03, y del actual campeón del mundo, el francés Pierre-Ambroise Bosse (1:45.30).
De Arriba, campeón de España de 800 metros, dijo que soñaba con el oro pero sólo acertó en su predicción de que el único favorito era el polaco.
La sorprendente eliminación en semifinales del leonés Saúl Ordóñez, el europeo más rápido del año (1:43.65) hizo que toda la responsabilidad recayera en De Arriba, un atleta de calidad acreditada pero que no siempre acierta a controlar la presión.
España continúa esperando su segunda medalla masculina, 24 años después del bronce de Tomás de Teresa en Helsinki.
Tampoco el 5.000 dejó nada a España. El adolescente noruego Jakob Ingebrigtsen hizo méritos de sobra para ser considerado el rey de los Europeos al conquistar su segunda medalla de oro con un triunfo autoritario por delante de su hermano mayor, Henrik.
La final, que en la edición anterior de los campeonatos (Amsterdam 2016) había terminado con un resonante éxito español (Ilias Fifa oro, Adel Mechaal plata), trasladó el doblete a Noruega y ratificó al pequeño Jakob como gran figura del medio fondo europeo.
Jakob tomó el mando de la carrera a dos vueltas del final, destrozó el grupo, privando de toda opción a los españoles, y se presentó sin novedad en la meta. Ganó con un registro de 13:17.06, seguido de su hermano Henrik (13:18.75) y del francés Morhan Amdouni (13:19.14).
Los españoles, que soñaban con el podio, estuvieron lejos de la lucha por las medallas. El mejor fue el aragonés Toni Abadía, que llegó decimocuarto con 13:34.25, en tanque que Chiqui Pérez acabó decimoséptimo con 13:37.07 y Mechaal, que había sido cuarto en la final de 10.000, abandonó en el último kilómetro.