No podía haber elegido mejor momento Marco Asensio para firmar su mejor partido del curso. A nueve días de que Luis Enrique anuncie la lista definitiva de 26 jugadores para el Mundial de Catar 2022, el extremo, que está en la prelista, demostró sus credenciales en un partido contra el Celtic (5-1) en el que, además de su olfato goleador, dejó patentes las características de jugador diferencial que guarda en sus piernas.
Los dos primeros tantos del conjunto blanco arrancaron de jugadas en las que el balear, desde la banda derecha, cambió el ritmo. No fue el asistente de los disparos que provocaron las manos de los jugadores del conjunto escocés.
Pase raso al segundo palo, balón filtrado a la espalda de la defensa, taconazo dentro del área... Cada pelota que salía de sus pies daba una ventaja a sus compañeros.
Se pegó a la banda y se metió hacia el centro para dejar espacio a las subidas de Carvajal y a las internadas de un Fede Valverde al que el ímpetu le impedía quedarse anclado al centro del campo.
Un buen rendimiento que Asensio vio recompensado también con gol. Minuto 51 y se alejó de los defensas y de la portería para aprovechar un centro raso de Carvajal y hacer el 3-0 con un disparo con la zurda imparable para Hart, marca de la casa.
Rendimiento que llega en el momento clave para un futbolista: justo antes de un Mundial. Tras sorprender Luis Enrique llamándole en junio 552 días después de su última convocatoria con España, el balear respondió a la confianza y, entre dicho parón internacional y el de septiembre, repartió tres asistencias en los cuatro encuentros que disputó.
Sin embargo, su no salida, y buscada, del Real Madrid al acabar contrato el 30 de junio de 2023, le hizo perder protagonismo en los planes de Ancelotti al arrancar la temporada. Tras confirmarse que no hacía las maletas en verano, Rodrygo y Valverde le adelantaron en la rotación.
A ambos le apoyaban una explosión goleadora difícil de contrarrestar, pero Asensio siempre dejó detalles cuando saltaba al terreno de juego; y este miércoles aprovechó su titularidad para ponérselo más difícil aún a Ancelotti de cara a los dos partidos que quedan hasta el Mundial y más fácil a Luis Enrique.