En la carrera de un jugador profesional, siempre es un hito inolvidable el punto con el que ganas tu primer torneo profesional. Y si lo consigues en tu ciudad, en tu club, ante tus seguidores, aún más.
Por eso, cuando Miguel Damas se inclino sobre la pista, llevándose las manos a la cabeza al ganar el punto que le daba el título, todos sabemos que estaba viviendo un momento inolvidable, un momento de los que hacen que todo el esfuerzo, que todo el trabajo que hay detrás haya merecido la pena.
Porque ese punto era la recompensa a un año difícil, con lesiones, con dudas y la culminación de un gran torneo, el primer torneo profesional en el que Miguel Damas inscribe su nombre.
Y lo hizo con una gran demostración de tenis y carácter. Así en las dos primeras rondas superó al boliviano Luis Diego Chávez 6-1 y 6-4 y al español procedente de la previa Noah Regás 6-4 y 6-4 para en cuartos dar la vuelta, a base de garra y fe, a un partido complicadísimo ante el holandés Ryan Niejboer 3-6, 6-2, 6-0, para en semis superar a Alex Martí en un duelo épico, una auténtica montaña rusa de alternativas que finalmente cayó de su lado por un ajustadísimo 6-4, 5-7 y 6-4.
Ya en la final ante el suizo Remy Bertola, cuyo tenis de clase, con un revés a una mano excepcional, había despertado la admiración del publico y en gran momento de forma, pues se había proclamado campeón de dobles con el italiano Pietro Schiavetti al superar a la pareja hispana Alejandro Manzanera / Samuel Martínez por 3-6 6-3 y 10-6, Miguel Damas salió a por el partido completamente decidido.
Lo hizo tirando de sus armas tradicionales, profundidad, seguridad y consistencia, supero la resistencia del suizo haciéndose con un primer ser muy disputado, 7-6 y sin bajar el nivel en ningún momento, aprovechar su oportunidad en el segundo para toma ventaja y no mirar atrás, para un 6-3 que sellaba su victoria.