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La versión apagada del Real Madrid en el derbi plasmó la distancia emocional con la que sus jugadores encaran cualquier situación adversa en su competición fetiche, la Liga de Campeones, a la que han aplicado a una Liga desde que creció la desventaja con el Barcelona tras un enero de irregularidad. Un total de 14 puntos logrados de 24 posibles han alejado la defensa de la corona.
Desde 2008 el Real Madrid no ha sido capaz de repetir éxito en LaLiga. En las conquistas de 2012, 2017 y 2020 no logró reeditar el título y esta temporada va camino de repetirlo. Ningún equipo en la historia del fútbol español remontó la desventaja madridista a estas alturas de temporada.
Carlo Ancelotti regresó al Real Madrid con un objetivo claro: ganar la única gran Liga que le faltaba en su historial. Era el reto del pasado curso y, en el camino, gracias a su regularidad en la competición que premia la firmeza continua, fue encontrando remontadas europeas para alimentar un sueño impensable, una nueva conquista de la Liga de Campeones.
A estas alturas de la pasada temporada, el Real Madrid tenía 53 puntos (16 victorias, cinco empates y dos derrotas), con 48 goles a favor y 20 en contra. Era líder aventajado, con 6 puntos de distancia al Sevilla y la friolera de trece al Betis y hasta quince al Barcelona de Xavi Hernández. En el presente, Ancelotti firma la peor puntuación de las cuatro Ligas que ha disputado, 52 puntos, con el mismo número de triunfos (16), un empate menos (4) y una derrota más (3).No ha vuelto a ganar tres jornadas seguidas de Liga el Real Madrid desde que cayese en un exceso de confianza a la hora de recibir al Girona. El 30 de octubre inició una línea que, coincidiendo con la regularidad del Barcelona, convierten la defensa de la corona en un imposible.
Hasta esa fecha solamente tuvo un despiste, también en el Bernabéu ante Osasuna, entre dos buenas rachas que le convirtieron en líder. Un inicio de torneo con seis victorias consecutivas; una reacción a su primer traspié con otras cuatro jornadas ganando.
Según se acercó el Mundial de Catar, apareció la irregularidad madridista. El empate cedido ante el Girona se encadenó con la primera derrota liguera del curso, en Vallecas ante el Rayo. El regreso de la Copa del Mundo no mejoró la dinámica. Los temores de Ancelotti se cumplieron y el 2023 lo inició con su segunda derrota, en La Cerámica ante el Villarreal, y un enero con batacazo en la final de la Supercopa ante el Barcelona, se cerraba con un empate sin goles ante la Real Sociedad. De los nueve puntos que se jugó en el primer mes del año, dejó escapar cinco.
Un febrero con ocho partidos entre Liga, Copa del Rey y Mundial de Clubes, no invitaba al optimismo en LaLiga Santander. La ausencia de Karim Benzema y la falta de recursos ofensivos para encontrar soluciones a un planteamiento defensivo del Mallorca en su estadio, acabó provocando la tercera derrota.
Triunfos de local ante equipos en problemas, Elche y Valencia, la victoria trabajada en El Sadar, se salpicaron con un paseo en los dos partidos del Mundial y un gran esfuerzo en Anfield para protagonizar una remontada histórica, la primera vez que el Liverpool recibe cinco goles en su estadio en competición europea, que acabó pasando factura en el derbi.
Al Real Madrid le faltó frescura. Nadie lo personificó mejor que un Vinícius Junior apagado, incapaz de generar el desequilibrio que siempre asegura, apenas superando en una ocasión el marcaje de Nahuel Molina y topándose siempre con Savic.
Frenado en seco el brasileño, el equipo de Ancelotti pierde su fuente principal en la generación de ocasiones de peligro. De la plenitud en Anfield a un nuevo capítulo en un derbi en el que protagoniza más encuentros de impotencia que alegrías: solamente un tanto marcado en once citas con el Atlético.
Tras su primer Mundial con Brasil, Vinícius no descansó. Jugó 88 minutos en Valladolid en el último partido de 2022. Apenas un respiro en la Copa del Rey, cuando el rival fue de categoría inferior como el Cacereño. Desde entonces el único partido que se perdió fue por sanción, ante el Elche. En febrero hasta seis partidos completos, un total de 540 minutos en 24 días. Mantener la brillantez es un imposible.
La denuncia de Ancelotti cae en saco roto. "El Real Madrid no tira competiciones pero es una calendario increíble, no se para nunca porque LaLiga, la Federación, la FIFA, la UEFA quieren hacer lo suyo y afecta más a los jugadores y a no poder tener días de descanso", llegó a afirmar. La carga de partidos le ha ido dejando lesionados e impidiendo a un hombre clave como Karim Benzema tener continuidad en sus apariciones.
Carletto, sin confianza en jugadores como Hazard, Odriozola o Díaz, ha tirado de la cantera con las apariciones con gol de Sergio Arribas y Álvaro Rodríguez, ha dado la continuidad que demandaba en defensa Nacho Fernández, ha improvisado con éxito con Camavinga de lateral, aumentado el protagonismo de Ceballos y rotado en su plantilla buscando la mejoría física que se vio en casos como Valverde o Modric.
Sin embargo y a cinco días de un nuevo clásico, en semifinales de Copa del Rey, el derbi fue un aviso a una campaña que puede quedar peligrosamente condicionada al éxito en la Liga de Campeones.