A los 19 años, Miriam vivía con su ex pareja, el cual le pegaba palizas a diario. Nunca encontró una manera de defenderse ante tal violencia, a pesar de haber practicado artes marciales en su infancia y a pesar de hacer boxeo por aquel entonces. Estando embarazada de 8 meses se dio cuenta que aquella situación tenía que cambiar. Interpuso la primera denuncia contra su pareja, aunque la retiró al ser amenazada.