El pobre bagaje goleador del Real Madrid, 10 tantos en siete partidos, y la falta de recursos ofensivos de Carlo Ancelotti, sumado a la lesión muscular sufrida por Vinícius que provocó su ausencia en cuatro encuentros, ha aumentado la responsabilidad de Rodrygo Goes sin que haya tenido la respuesta goleadora esperada. Desde su tanto en San Mamés, en la primera jornada de LaLiga, lleva 29 disparos sin gol.
Titular indiscutible. El 9 elegido por el club para asumir el peso del gol tras el adiós de Karim Benzema. Reforzada la plantilla con un punta de diferente estilo, un delantero centro puro, Joselu Mato, como complemento. El crecimiento progresivo de Rodrygo ha dado el gran salto esta temporada, su quinta ya en el Real Madrid pese a sus 22 años.
Su rol ha cambiado en el equipo dirigido por Carlo Ancelotti, que siempre cuidó con mimo su crecimiento, se decantó por él cuando existía el pulso con Marco Asensio por la punta derecha del tridente ofensivo y le movió a una posición más natural, a espaldas de un 9, en cuanto tuvo ocasión.
Y ya sin competencia, comenzó este curso como de él se esperaba, autor del primer tanto del Real Madrid en partido oficial. Al Athletic Club en San Mamés. Desenvolviéndose con soltura como delantero centro, encontrando con facilidad zonas de remate y por donde generar peligro. Desde ese tanto en el minuto 28 de la primera jornada liguera, no ha vuelto a ver puerta. Y no será porque no lo ha intentado. Dispara más que nunca, es más incisivo en las acciones de regates y las aceleraciones, pero le falta acierto.
Desde el tanto al Athletic Club, Rodrygo ha intentado 29 remates sin gol. En la que era su campaña de menos tantos, la 2021-22, marcó uno en sus siete primeros partidos pero en apenas dos disparos. Ahora ha logrado un tanto en 30. Es un dato que desploma su xG (promedio de goles conseguidos - goles esperados).
Del 0,60 su diferencial cae al -0,46 (0,14 goles por 90 minutos - 0,60 goles esperados por 90 minutos), según datos de BeSoccer para Efe. El segundo de las grandes ligas que necesita más ocasiones para marcar
Entre los delanteros de las grandes ligas europeas, solamente hay uno que empeora los registros de Rodrygo. Es Antoine Semenyo, futbolista ghanés del Bournemouth, que necesita 4,25 disparos para marcar. El brasileño del Real Madrid está en 4. Ha marcado 0,14 goles por partido (0,41 la pasada campaña) y su efectividad ha pasado del 37,25% al 11,11%.
Rodrygo promedia 4,1 tiros por partido de los que 1,23 van a puerta. Voluntad no le falta, pero sin acierto. La pasada campaña disparaba 2,92 de media por choque y la 2021-22 lo hacía 2,08. Su protagonismo es mayor y le falta añadir acierto, la puntería perdida que el Real Madrid tanto añora.
Porque Rodrygo en el presente regatea más que nunca (7,92 regates por partido por los 6,63 de hace un año y 6,1 de hace dos), pero ha rebajado su visión en el pase, al ser el jugador más adelantado, como en la primera parte de Metropolitano ante el Atlético cuando fue el único atacante del sistema por el que apostó Ancelotti. Cero asistencias y apenas 0,14 pases clave en la zona de peligro.
Ante la UD Las Palmas tendrá el miércoles la oportunidad de romper las malas estadísticas y su sequía goleadora en una temporada en la que de 30 tiros, solamente nueve fueron a puerta y uno acabó en gol. Nunca aportó tan poco en el Real Madrid. Ni en su primera campaña, la 2019-20, cuando puso la firma a cinco tantos con trece disparos de los que ocho fueron a puerta y además dio una asistencia en sus siete primeros partidos.
Al siguiente curso, el 2020-21, fue más asistente (3 pases de gol) y buscó menos el gol: un tanto con tres disparos y dos a puerta. Números que empeoraron en su tercera temporada, en la que marcó también un gol en los siete primeros encuentros, en su único tiro a puerta en dos intentos. Y en la última referencia logró incrementarlo a tres dianas, además de dos asistencias, en 15 tiros, cuatro de ellos a la portería rival.
La realidad es que el cambio de sistema de Ancelotti, de un 4-3-3 en el que Rodrygo jugaba en banda para ir hacia dentro o aparecía como sustituto de Benzema en algún partido como 9, a un 4-4-2 restando delanteros y aumentando la vigilancia de los defensas rivales, ha afectado al rendimiento de Rodrygo, que protagoniza una sequía preocupante.
Ya son 571 minutos (sin contar los añadidos de cuatro encuentros que jugó completos) sin marcar. Demasiado tiempo para un 9 del Real Madrid.