La Nationale-Nederlanden San Silvestre Vallecana abre este miércoles las inscripciones para cualquier corredor para la prueba popular del próximo 31 de diciembre, tras una semana preferencial para los apuntados en su edición virtual de 2020, y con un aforo máximo de 40.000 corredores, informan los organizadores.
La San Silvestre retomará su recorrido tradicional, desde Concha Espina hasta Vallecas, pasando por algunas de las zonas más icónicas de la capital de España como la calle Serrano, la Puerta de Alcalá, la Plaza de Cibeles, la estación de Atocha o la Albufera.
Las inscripciones se podrán formalizar únicamente a través de la web oficial www.sansilvestrevallecana.com, estando disponibles solo las de la carrera popular. Los atletas más rápidos que deseen participar en la carrera internacional deberán esperar aún hasta el 10 de noviembre para hacerse con su plaza.
Con el fin de mantener la distancia de seguridad, la organización ha modificado ligeramente el protocolo de salida, adelantando la primera de ellas a las 16.30 horas, dilatando en el tiempo la separación entre oleadas y creando una quinta salida. Además, a cada oleada se accederá desde una calle distinta para evitar la aglomeración masiva de participantes.
Con la inscripción a la Nationale-Nederlanden San Silvestre Vallecana de este año, cada corredor tiene acceso a dos carreras, la virtual, similar a la de 2020, y la presencial. Cada participante podrá decidir si participa en una, en la otra o en ambas. Además, también dispondrán de un catálogo de experiencias, entrenamientos y sorteos.
También recibirán la camiseta de carrera, que este año luce un diseño creado por el artista Zeta, que representa algunos de los puntos más icónicos de la carrera (la calle Serrano, la Puerta de Alcalá o el Estadio de Vallecas), bajo el eslogan de la Vallecana para este año: Volvemos.
Un año más, el Rey Felipe VI ha aceptado la petición de la Nationale-Nederlanden San Silvestre Vallecana de la Presidencia de Honor de la 57 edición de la prueba internacional.
Felipe VI aceptó por primera vez esta distinción siendo aún Príncipe de Asturias en 1978.