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Cuando el árbitro Mario Melero López confirmó en el minuto 89 como válido el 1-2, tras la revisión del VAR, Diego Simeone agitó los brazos efusivamente para expresar el significado de la victoria en el estadio de la Cerámica, donde Saúl Ñíguez, goleador 25 encuentros después, enmendó al técnico argentino, que falló en varias de sus intervenciones en el partido, sobre todo en el descanso, cuando descompuso su esquema para rectificar luego.
Después de relegar a Rodrigo Riquelme para dar entrada a Stefan Savic en el intermedio, con el 1-1 en contra cinco minutos después, o de quitar a Antoine Griezmann, Memphis Depay y Axel Witsel en el 65, para incluir a Ángel Correa, Álvaro Morata y César Azpilicueta, con el traslado de Marcos Llorente al medio campo, Saúl fue el último cambio, el último recurso, en el minuto 84 por Pablo Barrrios... Y el éxito.
"Entró bien, metió un golazo. Ojalá que esto le dé fortaleza para salir de esa zona que se sentía. Los hechos hablan por sí solos. Lo he puesto un montón de veces, porque creo en él y creo que es un jugador muy importante", expresó Diego Simeone a 'Movistar' al término del encuentro en el estadio de la Cerámica.
Instantes después de entrar al campo, con la derecha, alojó fuera del alcance de Jorgensen el tiro del gol de la victoria, firmado por un futbolista en un mal momento, tal y como admitió él mismo; fuera del foco de la titularidad (ha sido suplente en seis de los siete encuentros más recientes), muy lejos de la importancia que disfrutó en el pasado en el equipo y distante de su propio nivel.
El pasado 13 de marzo, lo expresó en las redes sociales, entre la apoteosis general con la remontada en los octavos de final de la Liga de Campeones frente al Inter: "Es un momento de mierda para mi a nivel deportivo, y soy consciente. Acepto todas las críticas y no solo por el penalti de hoy sino por cómo estoy en estos momentos. Exactamente no se qué es, pero lo único que me han enseñado es a seguir trabajando en las buenas y en las malas, hasta conseguir cambiar la situación".
Su celebración, primero gesto serio, mirada desafiante, abrazado por sus compañeros, que ya despertaron su sonrisa, la alteró la revisión del VAR, que ratificó el gol; el primero del centrocampista ilicitano de 29 años, con contrato hasta 2026, desde el pasado 7 de noviembre, cuando el conjunto rojiblanco goleó por 6-0 al Celtic en el Cívitas Metropolitano. También el número 48 con el Atlético a lo largo de sus 420 partidos.
Sin triunfos fuera desde el 22 de enero
Ganador el Girona por 3-2 contra el Betis -está a siete puntos del conjunto catalán, tercero- y perdedor el Athletic Club contra el Real Madrid -lo supera el Atlético en la cuarta posición, ahora con dos puntos de renta-, la victoria era crucial para el conjunto rojiblanco, que ganó, como hace tiempo no hacía lejos de su refugio del Metropolitano, desde el 22 de enero cuando se impuso por 0-1 al Granada, penúltimo.
Sólo había logrado cinco de los 27 puntos por los que había competido últimamente en esta Liga lejos de su terreno; había perdido seis de sus nueve choques más recientes fuera en el campeonato; enlazaba seis duelos consecutivos sin ganar a nadie entre todas las competiciones, con cuatro derrotas y dos igualadas, como visitante; sólo había vencido en tres de sus últimas 15 salidas oficiales precedentes; nada más se había impuesto en tres de sus once partidos más recientes, en casa o fuera...
La victoria lo revitaliza y lo reconforta. Más en el momento que acudía al estadio de la Cerámica y cómo lo esperaba el Villarreal, subido en una ola de cuatro triunfos seguidos y nueve jornadas invicto en LaLiga EA Sports, pero sobrepasado por la puesta en escena de Diego Simeone, por el plan que diseñó desde el pasado viernes hasta este lunes, tal y como lo plasmó al comienzo, con una sucesión de seis ocasiones de las que marcó la segunda.
Minuto 9. Axel Witsel, con un cabezado perfecto. Un giro de la testa desde el primer palo al segundo. Un golazo servido desde la esquina por Rodrigo Riquelme. La recompensa al mejor de todos los futbolistas de los últimos tiempos en el Atlético. Es un defensa central imponente, porque entiende y ve el fútbol y la táctica muy por encima de la media, que tanto le vale a Simeone para atrás, muy habitual, o para el medio, como decidió para el segundo acto.
Witsel al medio en el segundo tiempo... Y al banquillo
El técnico argentino lo trasladó ahí. Quitó a su mejor defensa para ponerlo en el centro del campo. "Quisimos con Axel en el segundo tiempo a ver si podíamos tener un poco más de control del juego, pero no nos daba para sostener con el ritmo que pedía el partido", explicó Simeone después en declaraciones a 'Movistar' al término del choque.
Realmente, Simeone trasladó entonces al campo la primera idea del once, la primera prueba, que manejó el pasado viernes y descartó con al día siguiente para dar entrada inicialmente a Riquelme este lunes.
Pese a su actividad, sus oportunidades, su verticalidad, su buen despliegue, al joven canterano lo cambió al descanso por Stefan Savic para recolocar su equipo tal y como había pensando en un primer momento durante la preparación semanal: Jan Oblak; Marcos Llorente, Stefan Savic, José María Giménez, Reinildo Mandava, Samuel Lino; Koke Resurrección, Axel Witsel, Pablo Barrios; Antoine Griezmann y Memphis Depay."Buscamos con Savic darle un poco más de fortaleza al equipo defensivamente", apuntó Simeone.
declaraciones a 'Movistar'. No le salió el plan entonces, con el 1-1 de Sorloth a los cinco minutos, pero sobre todo con una desaparición ofensiva insistente, que remedió desde el banquillo, con un nuevo plan, con Álvaro Morata, Ángel Correa y César Azpilicueta al campo en sustitución de Memphis Depay, Antoine Griezmann y Axel Witsel, pero sobre todo con Marcos Llorente reubicado en el centro del campo desde el carril derecho.
"Marcos nos dio mucha más dinámica en mitad de cancha (...) Volvimos a poner a Llorente en el medio con Barrios y Koke, volvimos a tener dos delanteros con Morata y Correa, el equipo trabajó muy bien y ojalá esto nos dé fuerzas para lo que viene", recordó Simeone, que hizo todo eso antes de dar entrada en el minuto 84 a Saúl, quien determinó el triunfo en Villarreal.