El alemán Toni Kroos fue el gran protagonista de la fiesta de la decimoquinta en la fuente de Cibeles, recibiendo toda la admiración de una afición que le pidió que no se marche, manteado por sus compañeros antes de que el capitán Nacho Fernández colocase a la diosa por segunda vez la bufanda y bandera del Real Madrid.
Atardecía en el cielo de Madrid cuando el autobús de los campeones llegó a Cibeles. Lo hizo con una figura de Toni Kroos en cartón que todos levantaban en el trayecto y el alemán se convirtió en el gran protagonista tras jugar su último partido con el Real Madrid.
Las versiones animadas de los himnos del Real Madrid recibieron a los jugadores que subieron las escaleras a la fuente con el capitán Nacho en cabeza y la 'orejona' en sus manos.
Cuando la cogió Kroos, con gafas de sol, y la dedicó a todo el madridismo, escuchó al unísono el cántico "Toni, quédate". Acabó convirtiéndose en el "Yo te quiero Toni Kroos" que retumbó durante muchos minutos el día de su último encuentro en el Santiago Bernabéu.
Disfrutó de su último día de celebración como futbolista del Real Madrid Kroos, que incluso se llevó la mano a la oreja para escuchar la petición de que se quedara. "Se queda, se queda", gritó Lucas Vázquez en un deseo imposible.
"Muchas gracias por toda la ayuda y por todo el cariño. Estos diez años han sido inolvidables para mí. Por vosotros y por mi equipo, no son solo jugadores increíbles, son personas muy top. Tengo una casa y es aquí", le dijo a la afición madridista Kroos antes de ser manteado por sus compañeros en plena pasarela.