Zinedine Zidane encara el reto de su primer clásico como entrenador del Real Madrid, con buenos recuerdos en la memoria de su etapa como jugador en el Camp Nou, donde solo perdió en una de sus cinco visitas, y con la posibilidad en el presente de reivindicarse como técnico y relanzar la ilusión en una temporada irregular para el madridismo.
Un 23 de abril de 2002, ante un Camp Nou totalmente abarrotado para asistir a la ida de las semifinales de la Liga de Campeones, llegaría un momento inolvidable para Zizou. Libre de marca a los 56 minutos, aparecía por la izquierda para perfilarse a la portería del Barcelona y picar un balón por encima del meta argentino Bonano y lanzar al Real Madrid a la final de Glasgow.
OLVIDAR EL 0-4 DE LA IDA
Aquel 0-2 fulminaba una maldición de nueve años sin vencer en territorio barcelonista. El triunfo era rematado por McManaman. Es un sueño a repetir por el ahora técnico francés en su primer cara a cara con el Barcelona desde su llegada al banquillo. La necesidad de hacer olvidar el 0-4 de la ida y la posibilidad de hacer subir la autoestima con un triunfo que impulsaría a los madridistas en su camino a la Undécima, son factores por explotar.
Como jugador su balance fue positivo: dos victorias, dos empates y una sola derrota en casa del eterno enemigo madridista. Si el primer triunfo el de Liga de Campeones daba un triunfo nueve años después en el Camp Nou, el último había sido en semifinales de Copa del Rey en 1993, el segundo gran recuerdo de Zizou es un 1-2, con dos asistencias suyas, en la Liga de la campaña 2003-04, con el que se rompían dos décadas del Real Madrid sin vencer en la competición doméstica en el hogar del Barça.
CINCO VICTORIAS CONSECUTIVAS
El presente lo marca su etapa en el banquillo del Real Madrid, la necesidad de mostrar que es un técnico preparado para uno de los banquillos más difíciles del planeta. Llega al Camp Nou tras cinco victorias consecutivas, con la mayoría de sus partidos con triunfos incontestables en el Santiago Bernabéu y dejando dudas profundas a domicilio ante rivales de menor entidad.
El Barcelona es el examen más duro, con el trasfondo para su plantilla de una cantinela que le acompaña toda la temporada, los malos resultados ante los rivales directos. No lo solucionó Zidane en su primera cita de altos vuelos. Cayó ante el Atlético de Madrid, incapaz de superar el planteamiento táctico del 'Cholo' Simeone y con sus jugadores cayendo en una clara impotencia que recordó al Clásico del Santiago Bernabéu.
Diez años después se producirá el regreso de Zidane al Camp Nou. Su último como jugador fue un empate a un tanto y tuvo similitudes con el presente. Era la temporada 2005-06 cuando el Real Madrid llegaba con once puntos de desventaja a la cita, ahora lo hace con diez. También en la primera vuelta el Barça había dado un golpe de autoridad en el Santiago Bernabéu con un 0-3.
Desde 2013 no gana el Real Madrid en el estadio de la Ciudad Condal. Fue con José Mourinho en el banquillo y en las semifinales de la Copa del Rey (1-3). Carlo Ancelotti se marchó sin conseguirlo y Rafa Benítez ni siquiera tuvo la oportunidad que ahora se le presenta a Zidane. Tres meses en el banquillo y la opción de ser el primero, desde Bernd Schuster que se estrena en la cita más grande del fútbol español. Es el reto de su primer Clásico.