Álvaro Martín: "Son mis últimos Juegos y era mi último tren"
"He sido el mejor de los mortales hoy"
Redacción / Efe
ÁÁlvaro Martín, medallista de bronce en 20 kilómetros en los Juegos Olímpicos de París, se mostró exultante tras conquistar la presea que le faltaba en su abultado palmarés y desveló que su intención es no estar en la próxima cita de Los Ángeles 2028, por lo que aún da más valor a este triunfo al ser "el último tren" olímpico de su carrera.
Álvaro Martín (Llerena, Badajoz; 1994) es uno de los estandartes principales de la gran generación de marchadores que tiene España en la actualidad.
Doble campeón de Europa y doble del mundo, esta medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de París en 20 kilómetros es la que faltaba en su palmarés.
"Para mi es el oro que podía conseguir. Hoy Ecuador estaba dos pasos por delante y el brasileño Caio Bonfim, con dos tarjetas, me iba controlando, y al final he tenido que sufrir a más no poder porque Massino Stano estaba ahí. Quería intentar disfrutar el último momento pero hasta los últimos cinco metros no me he atrevido a coger la bandera", dijo Álvaro Martín, al término de la prueba.
La medalla recompensa el trabajo de este ciclo olímpico del marchador español y le quita el mal sabor que tuvo hace tres años en Tokio cuando fue cuarto a un paso de las medallas.
"En Tokio el primer pensamiento que me vino era que el tren para coger la medalla no iba a volver. Estoy orgulloso de darle la vuelta y pelear. Orgulloso por José Antonio Carrillo, por Carros de Fuego y Sam Mussabini", confesó el atleta extremeño, que afrontó la carrera sin presión pero con responsabilidad.
"No teníamos una presión, teníamos una responsabilidad por este equipo. Además, en Los Ángeles 2028 no estaré. Son mis últimos Juegos y era mi último tren para engancharme a las medallas olímpicas. Otros compañeros me van a superar y son muy competentes como Paul McGrath o Diego García Carrera".
"En cuatro años tendré 34, esto es élite y yo soy muy competitivo. Entrenando al máximo nivel mis aspiraciones pueden ser pelear por diploma o ser semifinalista y habrá otros compañeros que me ganen y no me dejarán viajar. Creo que son mis últimos Juegos", apuntó.
El marchador de Llerena también se acordó de su pueblo. "Hay que ser humildes y ambiciosos, por eso me acuerdo del trabajo. Otros serán mejores genéticamente pero a trabajadores no nos gana nadie", comentó.
"Recuerdo que con quince años me llegó una carta para irme al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, solo, con lo que supone eso. Mi familia siempre me apoyó. En Madrid estuve diez años y de la ciudad fui al pueblo, a Cieza. Sabemos que esta vida monacal es la que hay, nadie nos obliga, la cojo con gusto y más con los frutos que está dando", concluyó.