Valentina Tereshkova, la 'gaviota' rusa que voló más lejos que ninguna otra mujer
60 años del histórico viaje de la primera mujer que fue al espacio
A las 9:29, hora local, del 16 de junio de 1963 la nave Vostok 6 despegó de la Tierra, en un viaje que estuvo a punto de acabar mal, con una mujer como único tripulante
C.M.T.
Su nombre en clave fue ‘gaviota’ y no le dejaron pilotar manualmente la nave en su vuelo solitario alrededor de la Tierra a pesar de que se encargó de solucionar un error técnico que hubiera enviado a la Vostok-6 directamente a un viaje sin retorno al espacio. En 1963 Valentina Tereshkova emprendió un vuelo prácticamente suicida al espacio pero sobrevivió para contarlo. A punto estuvo de no poder regresar. Pero volvió y se convirtió en la primera mujer en el espacio.
Tras el éxito de Yuri Gagarin, la entonces Unión Soviética quiso marcarse otro tanto en la carrera espacial y enviar una mujer a orbitar la Tierra. La elegida fue Tereshkova.
Nació en 1937 en el centro de Rusia. Empezó el colegio con 8 años y lo dejó con 16 pero continuó su formación por correspondencia. Desde muy temprano tuvo una afición que cambiaría su vida: el paracaidismo.
Elegida para la gloria
Cuatrocientas candidatas se presentaron para ser las elegidas. Sólo cinco fueron seleccionadas y Tereshkova fue una de ellas. Las primeras cosmonautas soviéticas. Tenían que ser mujeres paracaidistas ya que la cápsula no tenía dispositivo de aterrizaje. Además debían tener menos de 30 años, pesar no más de 70 kilos y medir menos de 1,70 metros de altura. Y ser solteras.
El entrenamiento incluyó vuelos de ingravidez, pruebas de aislamiento, ejercicios en la centrifugadora, formación de piloto en aviones de combate, teoría de cohetes. Y 120 saltos en paracaídas.
Tereshkova tuvo a su favor su origen proletario: su madre trabajaba en una planta textil y su padre era tractorista (y héroe de guerra, además). Ella misma fue trabajadora textil hasta convertirse en cosmonauta. Fue la elegida y se le asignó un alias: ‘Chaika’ (gaviota).
A las 9:29, hora local, del 16 de junio de 1963 la nave Vostok 6 despegó de la Tierra con un sólo tripulante: Valentina Tereshkova. Regresó tres días después con más de 70 horas de vuelo y 48 vueltas al planeta.
Durante los tres días que estuvo en el espacio Valentina cumplió a la perfección con todas sus tareas a pesar de sufrir náuseas y jaquecas. Se comunicó con la Vostok 5, que había sido lanzada dos días antes con un tripulante masculino e incluso tuvo una conversación con el presidente soviético Nikita Jruschov.
Un fallo de la nave pudo costarle la vida
Y a punto estuvo de ocurrir una desgracia. Lo que nadie sabía cuando despegó la Vostok 6 es que la programación de la nave tenía un error de 90 grados que la lanzaría directa al espacio profundo. Sola en el espacio, Tereshkova se dio cuenta de que si comenzaba la maniobra de reentrada en la Tierra la cápsula nunca volvería a casa.
Afrontar una muerte por inanición en el espacio debe ser algo terrible, pero es posible que, de todas las dificultades que tuvo que afrontar Tereshkova, la peor fuera intentar convencer a los técnicos del Control de vuelo del error. Eran los años 60, eran hombres y era la Unión Soviética. Valentina debió sentir bastante frustración. Y desesperación.
Se negaron a creerla pero ella necesitaba que recalcularan la trayectoria para sobrevivir.
Una mujer que había conseguido llegar tan alto (literalmente) era capaz de mucho y Tereshkova, finalmente, pudo convencerlos. En Tierra hicieron sus cálculos y ella redirigió la nave manualmente hacia la atmósfera terrestre, aunque, debido a un fallo del sistema que no pudo resolver, Control de vuelo asumió las maniobras. Finalmente Tereshkova abandonó la cápsula a una altitud de 6.000 pies y el resto del descenso lo realizó en paracaídas.
Había hecho historia y se convirtió en una heroína. Tuvo numerosos reconocimientos y galardones y cuando le preguntaron qué quería como recompensa lo que pidió fue que el gobierno localizara el sitio donde su padre había muerto en combate en Finlandia, durante la ‘Guerra de invierno’ de la Segunda Guerra Mundial. En el lugar se levantó un monumento en su honor.
La realidad de lo que pasó durante el vuelo no se conoció hasta 2007. El comandante en jefe de los cosmonautas, Nikola Kamanin, escribió un informe muy crítico con Valentina a la que acusó de estar en muy malas condiciones físicas, no cumplir con los objetivos y estar al borde la histeria. Eso sí, el férreo aparato soviético se cuidó mucho de hacer pública esta versión y convirtió a Tereshkova en herramienta de la propaganda soviética. Y en una heroína para el pueblo. Que lo era. En 2007 Valentina pudo, por fin, contar su versión.
Después del vuelo
Unos meses después del vuelo se casó con el cosmonauta Adrián Nikoláyev. Tuvieron una hija, Yelena Andriánovna Nikoláyeva-Tereshkova, la primera persona nacida de dos cosmonautas que habían estado en el espacio. En 1982 se divorció y se casó con el Dr. Yuli Sháposhnikov.
Durante el viaje, Valentina sufrió tal pérdida de calcio que le costó un mes poder andar, además tuvo que pasar por el hospital en varias ocasiones. Su hija nació muy débil y requirió constantes cuidados médicos durante sus primeros años de vida.
Tereshkova no pertenecía al Ejército. De hecho también fue pionera en eso porque fue la primera persona civil en volar al espacio. Para ingresar en el Cuerpo de Cosmonautas fue admitida de manera honoraria en la Fuerza Aérea Soviética.
En los años posteriores a su histórico vuelo se doctoró en Ingeniería en la Academia de la Fuerza Aérea y se convirtió en la primera mujer que llegó a general del Ejército soviético. También desempeñó diferentes cargos políticos. En la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Sochi, en 2014, desfiló con la bandera olímpica.
¿Marte?
Tras su hazaña y la disolución del primer equipo de cosmonautas mujeres, Tereshkova se convirtió en un importante miembro del Partido Comunista de la URSS, pero la pasión por el espacio se le había metido ‘muy dentro’ a la pequeña ‘gaviota’ rusa. En 2013, se ofreció para viajar a Marte. De momento no ha tenido respuesta.
Pasaron casi 20 años hasta que otra mujer viajó al espacio, la soviética Svetlana Savítskaya en 1982, que fue la primera en dar un paseo espacial fuera de la cápsula.
A fecha de hoy, 60 años después de su histórico viaje, Tereshkova sigue siendo la única mujer de la historia que ha ido sola al espacio.