Personalidad, Morata, Jordi Alba, las notas positivas
Efe
El empate de la Selección española ante Alemania mostró un puñado de virtudes de un equipo con un sello claro, que no especula y sabe competir ante cualquier rival, pero, por primera vez en el Mundial, asuntos pendientes de resolver si quiere llegar lejos en la competición.
Personalidad ante los grandes
No es la primera vez. Ya lo hizo en casa de la campeona de Europa, Italia, o ante la vigente campeona del mundo, Francia.
La Selección española de Luis Enrique garantiza un buen nivel ante las grandes. Es un equipo incomodísimo para el rival, que domina desde la posesión, con movimiento ofensivo continuo de sus tres atacantes y la llegada desde segunda línea de jugadores muy jóvenes con gran frescura y descaro.
A lo ya mostrado en el pasado, esta España le añadió un punto de aprendizaje en duelos de altos vuelos.
Un gen competitivo en una demostración de coraje ante Alemania en un partido igualado con una intensidad que bien podría haber sido en rondas cercanas a la final. Sin especular, siempre buscando el triunfo y si marca un gol se lanza a por el segundo.
Morata pide paso
Cuando se esperaba otro papel de Álvaro Morata en su estreno en un Mundial, al acudir como único 9 puro de la convocatoria, el plan de Luis Enrique era apostar por jugadores ofensivos con movilidad entre todas las demarcaciones del ataque en lugar de una referencia que fije centrales. Ha provocado que el madrileño haya sido suplente las dos primeras jornadas y que haya asumido un papel de liderazgo partiendo desde el banquillo.
Si ante Costa Rica, lejos de rebajar el ritmo y caer en la relajación cuando saltó al césped con el encuentro sentenciado, Morata asistió y marcó aprovechando al máximo sus pocos minutos, ante Alemania cambió el panorama. Un gol de rematador, con clase en la definición de primeras, que convierte a España en la que más goles tras centros marca de todas las selecciones.
Su segundo gol mundialista en dos ratos para reivindicar la figura del 9 ante Japón. Y si no le llega la oportunidad, ha demostrado su hambre saliendo desde el banquillo.
Nadie en la historia de la selección marcó más que él en esa situación, con 9 de sus 29 marcados así.
Jordi Alba como factor decisivo
Está entre los asistentes del Mundial, con dos pases de gol en dos partidos tras incorporaciones ofensivas muy acertadas, aprovechando espacios, explotando velocidad y realizando un gran despliegue físico hasta donde le da.
Tuvo que pedir el cambio porque su esfuerzo se acercaba a los nueve kilómetros, con más desgaste que otros compañeros al ser con numerosos esprints en los metros finales.
Volcó el juego de España hacia su costado, generando superioridades siempre, preciso con balón.
En el plan inicial de Luis Enrique, habría tenido más descanso, pero ahora es intocable y recibe la protección del seleccionador, que aseguró que sufre una campaña de desprestigio desde Barcelona.
Los riesgos innecesarios de Unai
Tan firme con sus reflejos en las primeras intervenciones en el Mundial de Catar como inseguro con el balón en sus pies, arriesgando en exceso para poner el corazón en un puño de toda la afición española.
Directamente regaló un pase al rival, que pudo ser de gol a Gnabry, y puso en serios aprietos a Pedri con un pase centrado cuando estaba encimado por Kimmich, que le obligó a intervenir.
A Luis Enrique le gusta el riesgo y que la jugada siempre se inicie con calidad, sin balones en largo a la nada, pero Unai Simón traspasa cualquier límite que pueda asumir un portero. Lo compensó con reflejos en sus paradas y con poderío en el juego aéreo, factores que le convierten en indiscutible para el seleccionador.
El bajo rendimiento de Carvajal
Fue la única novedad de Luis Enrique en su equipo titular, respondiendo a la idea que tenía en ambos laterales y que no podrá ejecutar en la banda izquierda por la lesión de José Luis Gayá.
La rotación es su apuesta en una demarcación en la que su nivel de confianza es el mismo entre César Azpilicueta y Dani Carvajal.
Aunque lo cierto es que al madridista, que no jugaba desde el 7 de noviembre, se le vio falto de ritmo y confianza. No aportó nada ofensivamente porque no se incorporó al ataque y sufrió la calidad de Jamal Musiala.
Comparado con Azpilicueta, que es el jugador de la selección que más ocasiones generó con sus centros en el primer partido, salió perjudicado de cara a la elección para medirse a Japón.
Rodri, de central
A su favor para jugar el Mundial en una demarcación distinta a la que habitualmente ocupa en el Manchester City, está la calidad que Rodri da a la posesión, al inicio de jugada de España jugando como central.
El experimento que funcionó para vencer en su casa a Portugal en la Liga de Naciones ha provocado que para Luis Enrique esté por delante de centrales puros en Catar.
Ante Costa Rica funcionó, pero frente a una selección con mayor poder ofensivo como Alemania, Rodri quedó marcado en varias acciones defensivas en las que no tiene la reacción en el marcaje de un defensa puro. Además rebajó su eficacia con balón, sufriendo la presión alemana y protagonizando pérdidas insólitas en su estadística.
Fue el jugador que más balones perdió en el partido (16), según datos de BeSoccer para Efe, más del doble de lo que promedia en la temporada (7). Hasta once pérdidas fueron en campo propio. La amarilla recibida por Busquets invita a no arriesgar ante Japón y su regreso a su posición natural.
Cambios con mal resultado
De la misma manera que los jugadores que entraron desde el banquillo ante Costa Rica se exhibieron, con hambre de brillar en un Mundial y aumentando la histórica goleada, frente a Alemania a Luis Enrique solo le funcionó la primera permuta. No estaba fino Ferran Torres y pronto dio entrada a Morata, que tardó ocho minutos en dejar su sello con el gol.
Sin embargo, con ventaja en el marcador, a España le faltó el oficio de cerrar el partido sin encajar. Jugar con el tiempo que quedaba. La entrada de Koke no aumentó la consistencia del centro del campo ni devolvió el control de balón cuando Alemania apretaba. La de Nico Williams tampoco explotó la opción de jugar al contragolpe con su velocidad. No aportaron lo que Luis Enrique tenía en su plan.