Un volcán "glam" llamado Harry Styles ha derretido a miles de adolescentes en Madrid. El más exitoso de los exmiembros de One Direction ha disfrutado hoy de un concierto en el que ha presentado su álbum en solitario ante miles de fans que sucumben al carisma y el personal estilo del que hace gala.
Tras ofrecer el pasado viernes en Barcelona el primero de los dos conciertos que tenía previstos en España dentro de la gira Live On Tour, Styles ha corroborado esta noche que su música también levanta pasiones en suelo madrileño: el público -en su mayoría adolescente- lo ha recibido como si el fin del mundo estuviera cerca.
Lo han hecho tras más de media hora de retraso debido a que las pantallas LED que anunciaban el inicio del concierto se han apagado bruscamente en dos ocasiones, antes de que el artista pudiera aparecer en escena, enfundado en un traje negro de raya diplomática.
El británico, que fue el primero de los cinco chicos de One Direction en hacer una gira mundial, ha llegado al Wizink Center con todas las entradas agotadas para presentar su álbum en solitario, con el que muy pronto saboreó el éxito, ya que en la primera semana de su debut en EE.UU. (mayo de 2017) llegó al primer puesto de la lista Billboard 200.
Con "Only angel", uno de los temas más animados de ese disco, el cantante ha comenzado su actuación bajo las mismas pantallas LED semicirculares que, tras el percance, han funcionado correctamente.
"Tenéis una tarea hoy: pasar el mejor momento de vuestra vida", ha advertido Styles, que se ha mostrado divertido y muy cariñoso con su público de principio a fin. Tanto, que ha repetido varias veces un "os amo con todo mi corazón".
Así, agradecido y entusiasmado, el británico ha compartido otras canciones de su nueva etapa como solista, entre las que se encuentran "Woman", "Ever since New York" o "Two Ghosts", sin olvidarse de su pasado en One Direction.
La primera canción de su antigua banda en sonar, "Stockholm Syndrome", ha puesto a brincar a una multitud exultante que ha arropado al músico en esa y en el resto de canciones.
También ha dejado hueco para algunas versiones que en su voz parecen recién estrenadas, como Just a Little bit of your heart", de la cantante estadounidense Ariana Grande, o "The Chain", de la banda londinense Fleetwood Mac.
Uno de los momentos más inesperados se ha vivido cuando el cantante ha decidido cruzar la pista para cantar "Sweet creature" y "If I could fly" en mitad del recinto y con una bandera de España cubriendo el micrófono.
Entonces, con los corazones adolescentes ya derretidos, solo le faltaba a Styles airear el himno de la noche, una bomba musical de One Direction que en 2011 sonó en todas las radios: "What makes you beautiful".
Durante ese tema, Styles, un conocido defensor de los derechos LGTB, ha ondeado dos Banderas con los colores del arcoíris.
En todo momento su fuerte carisma, su personal estilo -recientemente ha sido nombrado embajador de la firma Gucci- y una simpatía genuina han estado presentes sobre el escenario del antiguo Palacio de los Deportes, donde el joven ha regalado innumerables sonrisas.
Al final del concierto pocos podrían poner en duda que la apuesta del cantante por una música pop con aires de "glam rock" que recuerdan a David Bowie es, cuanto menos, acertada.
Esa es la línea que sigue la que está considerada como la mejor canción de 2017 por la revista Rolling Stone, "Sing of the times", que ha sonado al final de la velada con miles de pantallas iluminadas en las gradas y la pista.
Por el brío de los aplausos no sorprende que todos los bises pudieran parecer escasos al público y que dos años después de la despedida de la famosa "boy band" haya un integrante que lleve por bandera el nombre de One Direction.
El último tema de la noche, "Kiwi", ha vuelto a evidenciar la complicidad que existe entre los fans y el artista. Los primeros han vivido hoy uno de los "momentos de su vida" y el segundo puede presumir de un magnetismo palmario.