Este domingo la Feria del Libro marca su 'ecuador'. Y el primer balance es más que positivo. Los fines de semana podría colgar el cartel de 'completo'. Pero es que también entre diario sus casetas se muestran más vivas que nunca.
A falta de cifras de asistencia, los organizadores ya pueden confirmar que está vendiendo más no sólo en fin de semana, sino también en los tradicionales "días flojos".
"Estamos en lo alto de la montaña y ahora comenzamos el descenso y aunque no tenemos cifras sí que tenemos sensaciones, la gente parece que está vendiendo más que en 2019, pero sobre todo se está vendiendo más entre semana, lunes y martes, que tradicionalmente eran días flojos. El martes algunos editores me dijeron que habían vendido más que el sábado", ha contado la directora de la Feria del Libro de Madrid, Eva Orúe.
Gran afluencia de lectores
Así que con este regreso de la gente, tras dos años de cancelaciones o celebraciones con restricciones, los lectores han vuelto "con muchas ganas" a un certamen que, como novedad ya de "éxito", ha trasladado las calificadas como "grandes firmas" de la zona central al final del recorrido del Paso de Carruajes.
Como ha sucedido este domingo con Joana Marcús, esta joven escritora mallorquina que ya desde las 08:30 de la mañana contaba más de un centenar de lectores que esperaban la llegada de su autora favorita. Una firma ésta que se ha desarrollado con normalidad, y no con la tensión que se vivió este sábado en la firma de la "Tiktoker" Mónica Morán, a quien la policía tuvo que sacar escoltada ante la avalancha de lectores.
Una seguridad y control que no depende de la organización de la feria, sino de las editoriales o librerías que la organicen.
Orúe ha remarcado que una de las cosas más "llamativas" de esta edición es la nómina de escritores de todos los géneros que han firmado y firmarán: 3.223. "Esto nos dice que hay mucha gente que escribe y hay mucha gente que a la página en blanco le tendrá respeto pero no miedo", ha relatado.