"Un francotirador" de la fotografía "que prefería estar en la calle" que ocupando el sillón de una oficina, así fue uno de los grandes reporteros gráficos españoles, Enrique Meneses, al que una muestra rinde homenaje con sus tiros más certeros, de Cuba a Moscú vía Washington.
"Fue un periodista de raza, un todoterreno que igual estaba en Sierra Madre con el Che Guevara que inmortalizando a una cantante del momento", ha destacado hoy en rueda de prensa Chema Conesa, comisario de la exposición "La vida de un reportero", que se exhibirá hasta el 26 de julio en la Sala Canal de Isabel II de Madrid, dentro de la sección oficial del festival Photoespaña 2015.
Se trata del resultado de un trabajo de selección sobre el archivo del fotógrafo, custodiado por la fundación que lleva su nombre, del que se han escogido 90 imágenes en blanco y negro y algunos objetos personales. Además, se ha realizado específicamente para la exposición una vídeo documental sobre su vida y obra.
Según su comisario, Meneses se anticipó al concepto actual de informador, pues la fotografía era para él un medio igualmente válido para contar la realidad. "Lo que le interesaba era que la foto llegara a tiempo y no trató nunca sus negativos como obras de arte", lo que provocó que gran parte de su obra se perdiera en las redacciones de los medios, ha dicho.
Colaborador de medios tan prestigiosos como Paris Match y The New York Times, si la proyección mediática de su obra no es mayor entre el gran público, ha explicado Conesa a continuación, es porque "comenzó a trabajar en los años 50, bajo otro régimen político en el que salir de España significaba dejar de existir".
"Ecléctico" como fue Meneses (Madrid, 1929-2013) en el ejercicio de su profesión, las imágenes de esta exposición se articulan en varias secciones, unidas por el rasgo común de haberse gestado para ser publicadas, como las dedicadas a su primer contacto internacional con un conflicto bélico, la Guerra de los Seis Días, que vivió en el Egipto de Gamal Abdel Nasser en 1956.
Posteriormente, en Cuba, fue el único periodista que consiguió contactar con los rebeldes apostados en Sierra Madre y encabezados "por un tal Fidel Castro" contra el gobierno de Fulgencio Batista. "Fue el gran éxito de su vida", ha subrayado Conesa.
La exposición ofrece también espacio a su retrato de la tensión entre el presidente ruso Nikita Kruschev y su homólogo estadounidense Fitzgerald John Kennedy, que condujo a la Crisis de los Misiles, así como sus instantáneas de la Marcha por la Libertad en Washington, la del "I have a dream", muy cerca de Martin Luther King, Bob Dylan, Sidney Poitier o Joan Baez.
Pero no solo la política con mayúsculas fue objeto de su atención. Meneses cubrió importantes enlaces reales, como el del rey Juan Carlos I con Sofía de Grecia o el de Balduino de Bélgica con la española Fabiola de Mora y Aragón.
Su objetivo disparó además para inmortalizar a Pablo Picasso, a Luis Miguel Dominguín, Salvador Dalí, Charles Aznavour, Cassius Clay, Mel Ferrer, Peter O'Toole o a Alfred Hitchcock, construyendo así un relato igualmente valioso e ilustrativo de la vida social y cultural de la época.
Su último gran reportaje lo llevó en 1993 hasta la Guerra de los Balcanes, cuando la enfermedad no le permitió ir más allá, tras unos 50 años de años de carrera profesional, una intensa biografía que él glosó en sus memorias, "Hasta aquí hemos llegado".