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Taylor Swift, Adele… ¿Contribuyen las grandes estrellas a la desaparición de los artistas emergentes?
- En la era del streaming el vinilo es el rey, pero las grandes fábricas dedican todos sus recursos a las grandes estrellas
- Son los tiempos de internet y las redes sociales... y de los grandes sellos discográficos
Por primera vez en la historia de la música un cantante ha conseguido vender más de un millón de discos en su primera semana. En dos meses seis millones. La hazaña es obra de Taylor Swift y su décimo trabajo, ‘Midnights’.
La cantante estadounidense suma récord tras récord. A sus 33 años es la única que ha conseguido en cinco ocasiones, con cinco álbumes distintos, vender más de un millón de unidades durante la semana de lanzamiento.
Hay más. Por primera vez desde los años 80 un cantante, ella, ha vendido más copias de un álbum en vinilo que en CD.
El vinilo ha resucitado con fuerza, si es que alguna vez murió. Muchos no hubieran apostado por ello pero Internet no sólo no ha ‘matado’ a los formatos físicos sino que en la era del streaming el vinilo es el rey. Todos quieren imprimir en vinilo.
Adele dejó sin vinilos a todos los demás
El 19 de noviembre de 2021 salió a la venta el disco ‘30’ de Adele. Los meses anteriores todas las fábricas de vinilo del mundo pusieron sus máquinas al máximo porque Sony encargó medio millón de unidades del álbum.
No hay muchas fábricas de vinilo en el mundo así que la propia Sony Music paralizó el resto de su catálogo fuera de Estados Unidos. Todas las máquinas trabajaron exclusivamente en el álbum de Adele. Pero ella no era la única, todos los cantantes querían vinilo.
Ya lo dijo Ed Sheeran : "Todos intentábamos imprimir nuestros vinilos al mismo tiempo". Coldplay, Taylor Swift, Elton John… las grandes estrellas tuvieron problemas para sacar sus propios álbumes. Y no pudieron. Sony lo había reservado todo para Adele.
Si los grandes tuvieron problemas para imprimir sus vinilos ¿Qué pasó con los pequeños?
Vinilos de colores, portadas puzzle
El mundo de la música ha cambiado mucho. Lejos quedan los tiempos en los que importaba más el contenido que el continente. En el siglo XXI, cuando se lanza un álbum, no sólo la música importa. Cuando se compra un vinilo a veces ni siquiera se escucha, para eso está Spotify. El soporte se ha convertido en objeto de culto coleccionable. Y la industria lo sabe.
‘Midnights’, se ha publicado en CD, cassette (otro clásico que retorna) y vinilos de varios colores. Los swifties pueden elegir entre comprar diferentes versiones del mismo disco, sólo en vinilo tienen disponible: ‘Midnights: Lavender Edition Vinyl’ (en color lavanda); ‘Midnights: Moonstone Blue Vinyl (Azul cyan); ‘Midnights: Mahogan Edition Vinyl (color tostado); Midnights: Blood Moon Edition Vinyl (color tierra); ‘Midnights: Jade Green Edition Vinyl (verde). Muchos fans compraron, siguen haciéndolo, varias copias en diferentes colores.
También se lanzaron cuatro portadas diferentes. De hecho, las contraportadas de Midnights son piezas de un puzzle, cuando se unen forman un reloj. Una edición muy cuidada y llena de simbolismo. Pero para formar el reloj tienes que comprar cuatro vinilos.
Los pequeños también existen
Mad Vinyl Music nació hace no mucho, en el 2020. Es el producto de muchos años de preparación y, sobre todo, de mucha pasión por la música. En Madrid.
Eugenio López, su CEO, fue DJ durante muchos años en Pachá Madrid, “un loco de la música y del vinilo” que, en una conversación de hace unos 16 años, se dio cuenta de que en España ya no había fábricas de vinilo y muy pocas en Europa. “Como coleccionista de vinilo me dolió”. Lo siguiente fue encontrar la manera de “montar una pequeña fábrica”.
Dicho y hecho. “Me pasé años investigando cómo se montaba una fábrica de vinilos, dando vueltas buscando máquinas”. Pero no había máquinas, las que quedaban, perdidas en algún garaje, sólo servían ya para repuestos.
Al final todo llega. En 2016 se empezaron a fabricar de nuevo las máquinas que necesitaba Eugenio. Y el proyecto cobró vida. Hasta que llegó el covid.
El confinamiento se produjo justo cuando iban a montar la empresa, así que aprovecharon el tiempo en casa para prepararlo todo y cuando, por fin, se abrieron las puertas de los domicilios, estaban listos. El exceso de tiempo libre en casa ocasionó un efecto secundario inesperado: la gente rebuscó en los armarios, “acabaron encontrando de nuevo sus vinilos y aumentó mucho la demanda”
No sólo fue por nostalgia que renació el vinilo, “es cierto que ha pegado una subida grande, pero también es porque el CD se ha hundido totalmente"
Nació Mad Vinyl Music. Y el negocio fue mejor de lo esperado, “decidí lanzarme a una piscina vacía y resultó que había un poco de agua”. Su primera estimación fue fabricar “unos 300 días a la semana, dos o tres ediciones” pero en la actualidad están trabajando 24 horas al día “con una media de 10.000 discos a la semana”. Y han instalado una segunda línea de producción.
No sólo de vinilo está hecho un disco
Con la crisis llegaron problemas de suministro. Afectó a toda la materia prima necesaria para sacar adelante un álbum. “El plástico no dio muchos problemas porque se puede acumular, no caduca”, explica Eugenio. No fue el caso del cartón necesario para las portadas, “no puedes acumular porque no sabes qué discos vas a hacer y cada uno lleva su portada". Las imprentas se quedaron sin cartón. Y sin tinta.
En los últimos meses de 2021 y primeros de 2022, se hizo inviable encontrar cartón. El desabastecimiento afectó también a los chips para las máquinas y eso obligó a esperas de “hasta nueve meses” para adquirir una nueva. A la lista de problemas se unió la subida del precio de la energía. “El vinilo se prensa calentando el plástico y enfriándolo, es una burrada lo que gastamos en electricidad y gas”.
Unos meses antes había llegado el pedido de vinilo para el álbum ‘30’de Adele que paralizó las fábricas grandes. ¿Cómo afectó a las pequeñas?
Todas las fábricas de vinilos, grandes y pequeñas, comparten los mismos proveedores, “si una fábrica grande tiene que hacer frente a un pedido de un millón de discos te deja sin nada, sin plástico ni cartón, ni nada”, explica Eugenio. Si después una crisis de suministros provoca desabastecimiento las cosas se complican mucho, "pensamos incluso en buscar soluciones más imaginativas como sustituir la portada por una bolsa de plástico".
Los artistas cuidan mucho sus ediciones en vinilos, no sólo la funda y la portada, también los colores del vinilo. “Yo soy muy de vinilo negro pero cada vez se pide más el vinilo de color, hay colores preciosos, rosas, rojos, blancos, amarillos… son una maravilla. Pero todo acaba repercutiendo en los pequeños. En algunas ocasiones, si una de las fábricas mayores tiene un pedido grande en un color determinado te puede dejar sin él”. El color más demandado es el rojo.
¿Cómo afecta todo esto a los artistas minoritarios?
“La mayoría de las fábricas han dejado de coger pedidos pequeños”. Hace unos años cualquiera podía encargar un disco de manera online, enviar el audio, el arte y recibirlo impreso. Ahora todo eso ha desaparecido, las fábricas han cerrado el grifo. Las grandes de Europa, con GZ Media a la cabeza, ya no aceptan pedidos, “excepto de los majors”.
“Incluso empresas medianas que se podrían permitir el lujo de hacer tiradas pequeñas, nos han derivado un montón de trabajo, desde lugares como Holanda o Alemania porque no querían hacer trabajos de menos de 500-300 copias”, explica Eugenio.
Ahora los pequeños artistas dependen de pequeñas empresas como Mad Vinyl Music. “Está bien buscar el beneficio pero tampoco montas una fábrica para dejar de lado a alguien que están empezando. Yo me siento orgulloso de ayudar a la gente a cumplir su sueño, gente que tiene talento, que ama la música”.
Lejos quedan los tiempos en que cualquier chaval podía llegar a una emisora de radio y dejar su maqueta para que la pincharan en antena. Pero ahora existe internet y hay redes sociales que, en teoría, facilitan a los artistas emergentes darse a conocer. Pero ¿realmente es ahora más fácil?
¿Está en peligro el talento?
“Parece que hoy da la sensación de que es más sencillo darte a conocer por internet”, dice Eugenio, “pero depende, si te paras a pensar que tanto Spotify como cualquier plataforma de streaming también tienen su rating, te van a empujar más a escuchar el último disco de Taylor Swift que el de un chico que ha grabado su disco con mucho esfuerzo”.
Que tu música sea buena no te garantiza el éxito, lo que importa es tener detrás un sello discográfico con fuerza. “Aquí llegan muchos discos, de los que hacemos 200-300 copias, que tienen una calidad muy buena pero sabes que luego lo tienen muy complicado”, dice Eugenio.
Así están las cosas. "Hay gente con un talento brutal, me sigue sorprendiendo la calidad de chicos jóvenes que llegan con su primer disco y me da pena pensar que su música se quede solo en salas de conciertos donde tocan y si tienen suerte la gente que está allí les compra algún disquillo”.
Cuando empezó en el negocio, Eugenio López pensó que sólo “iba a hacer reediciones”, ahora prácticamente el 95% de su producción es de jóvenes artistas. "Ayudarles te anima mucho, porque montas esto como un sueño de 'loco por la música' y que te llegue gente así, con ese talento, es maravilloso”.
Eugenio no lo duda,“ me siento orgulloso por no haber cerrado las puertas a alguien que tiene talento, alguien que simplemente quiere hacer su música”. Gente con talento y amor por la música va a existir siempre, la pregunta es... ¿será cada vez más difícil verlos triunfar?