El sótano del Instituto Cervantes alberga uno de los mayores legados de la cultura hispánica, una cámara acorazada que protege en sus cajas de seguridad objetos relacionados con la ciencia y las artes, donados por personajes ilustres.
Se llama la Caja de las Letras, y su origen se remonta a 2007, cuando la sede del Banco Santander Central Hispano pasó ha ser el Instituto Cervantes, institución pública creada para promover universalmente las culturas hispánicas. Fue entonces cuando el equipo directivo de la institución, se planteó que hacer con la gran caja acorazada situada en el sótano.
Está compuesta por 1.767 cajas de seguridad, que se extienden en dos plantas, en ellas anteriormente se albergaban lingotes de oro. El Instituto Cervantes quiso proteger allí algo igual de valioso y, ¿Qué mejor que la cultura hispana? Por lo que la caja, guarda desde 2007 sesenta legados de hombre y mujeres de la cultura en español.
Los ilustres elegidos
Los galardonados con el Premio Cervantes, a partir del año de inicio del proyecto, y otras personas designadas por el Instituto, han sido los encargados de formar parte de esta iniciativa. Todos ellos han depositado un objeto, y han puesto una fecha de apertura de la caja de seguridad, cuando llegue ese día la caja se abrirá y el contenido será devuelto a su propietario.
5 In memoriam
Asimismo, las cajas de seguridad se dividen en 2 colores, las plateadas -que se encuentran sin utilizar- y las doradas, que guardan o han guardado algún objeto. Además, cuentan con una excepción, 5 in memoriam dedicados a personalidades que han fallecido antes del origen de este proyecto.
Estos homenajes están dedicados a Gabriel García Márquez, en su caja se encuentra tierra de la casa en la que nació, al dramaturgo Antonio Buero Vallejo, en su caja se encuentran una pipa, un bolígrafo, una primera edición de Aristóteles y una carta del escritor.
El poeta Miguel Hernández también tiene una caja, contenía una primera edición de su poemario Perito en Lunas, fue abierta el 31 de octubre de 2020. Los últimos 2 In memoriam son los de el argentino Atahualpa Yupanqui, unas postales que envió a su esposa mientras se encontraba de viaje, y el de la escritora Alejandra Pizarnik, que alberga varios documentos de su vida.
La última caja de seguridad
La dramaturga Piedad Bonnett ha sido la última persona ilustre que ha participado en esta iniciativa. El pasado mes de octubre la argentina ocupó la caja 1.426, en ella ha reunido varias cartas y apuntes pertenecientes a sus libros, dibujos, tanto suyos como de su hijo y una radionovela, entre otros objetos.