La Comisión Europea, que hasta ahora sólo había propuesto ajustes menores para paliar en la Unión Europea una volatilidad de precios energéticos que se creía puntual, está ahora dispuesta a aplicar "medias extraordinarias" a corto plazo si el ataque de Rusia a Ucrania deteriora excepcionalmente la situación.
"A corto plazo, la Comisión está dispuesta a proponer medidas extraordinarias en caso de que haya un incremento de precios que amenace nuestra resiliencia económica y social", aseguró este jueves la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, en una comparecencia ante la comisión de Energía e Industria del Parlamento Europeo
La política estonia presentará la próxima semana un documento con más opciones para que los Estados miembros puedan responder a la crisis, que incluirán "medidas de emergencia" en materia de reglamentación y de ayudas de Estado, dijo Simson.
"Les aseguro que estamos preparados para cualquier emergencia (...). Tenemos planes de contingencia para cualquier interrupción, total o parcial", subrayó la comisaria.
Tras un aumento del 115 % en 2021, la energía en la UE se encareció un 31,7 % entre enero y febrero de 2022, según Eurostat, y la guerra sólo empeorará la situación: el precio del gas en Europa se ha disparado ya más de un 50 % en la última semana como consecuencia de la invasión rusa, que ha llevado también al barril de crudo a los 116 dólares, su máximo en nueve años.
Todo ello ha empujado a la Comisión Europea a preparar unas nuevas directrices para que los países comunitarios tengan más margen de reacción, tras haber presentado el pasado octubre una primera "caja de herramientas" que agrupaba las opciones de maniobra existentes en la legislación europea pero que no proponía medidas extraordinarias, como reclama un bloque de países liderado por España.
La Comisión, que en las últimas fechas ha reaccionado con agilidad y contundencia en muchos frentes ante la belicosidad del presidente de Rusia, Vladimir Putin, también se abre a favorecer una flexibilidad inédita en el sector de la energía.
"Nos enfrentamos a múltiples desafíos que parece que van por la misma dirección: seguridad de suministro, energías asequibles y mejora del suministro. La diversificación y la transición energética son los elementos clave. Está claro que no podemos dejar a ningún país tercero desestabilizar nuestro mercado de la energía o influir en nuestros precios de la energía", aseguró Simson.
La comisaria, no obstante, evitó responder si Bruselas está dispuesta a ceder en una de las grandes reivindicaciones del grupo de países reformistas de España, que pide que "desacoplar" el precio del gas al de la electricidad a través del sistema marginalista. Simson se limitó a decir que Bruselas trabaja para aliviar "los problemas que puedan tener nuestros consumidores a la hora de pagar la factura de la electricidad".
La Comisión tenía previsto presentar este miércoles un documento con recomendaciones para hacer frente a la crisis de precios de la energía, publicación que ha sido retrasada una semana para adaptarlo al contexto del ataque de Rusia a Ucrania e incluir observaciones trasladadas por los Estados miembros en un consejo extraordinario de ministros de Energía celebrado el pasado lunes.
Esa "caja de herramientas" busca fórmulas para reducir la dependencia de la UE en el gas ruso, que representa en torno al 40 % de las importaciones gasísticas europeas, acelerando una transición energética en la que ya estaba plenamente inmersa la UE y, de paso, dejar de gastar alrededor de 165 millones de euros al día en importaciones energéticas de Rusia.
La "comunicación" de Bruselas aboga por intensificar la renovación de edificios para ganar en eficiencia en energética, impulsar el biogás y, especialmente, el hidrógeno y acelerar el despliegue de renovables, facilitando permisos para la construcción de parques de generación y aumentando su volumen.
El documento, según un borrador consultado por el portal Euractive, socio de Efe, sugiere que para financiar esas inversiones los Estados puedan recurrir a ingresos extraordinarios del sistema de comercio de emisiones de CO2 y gravando a empresas que hayan obtenido beneficios inusualmente elevados debido al precio del gas.
Bruselas, que lleva meses trabajando con productores de gas como Estados Unidos, Qatar, Noruega, Azerbaiyán Nigeria o Egipto, también quiere diversificar el aprovisionamiento a través del gas natural licuado, que se puede transportar por carretera o barco.
Las reservas de gas en la UE se encuentran en torno al 28 %, niveles excepcionalmente bajos pese a que el invierno en el hemisferio norte está siendo suave. Hace un año eran del 36,5 %.
La UE de 2021 arrancó el pasado otoño con los depósitos al 74 % y el objetivo de cara a la próxima temporada de frío es elevarlas reservas al "80 o 90 por ciento", dijo