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El Banco de España avisa: la política de ayudas del Gobierno prolongará la inflación hasta 2025
- Recorta al 1,3% su previsión para el PIB en 2023, pero aleja la posibilidad de recesión
- El PIB, que crecerá este año un 4,6%, recuperará su nivel previo a la pandemia entre finales de 2023 y comienzos de 2024
El Banco de España ha revisado ligeramente al alza, en una décima, su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto en 2022, hasta el 4,6%, pero ha recortado sus proyecciones para 2023 en una décima, hasta el 1,3%, debido, sobre todo, al empeoramiento del contexto exterior.
El organismo que dirige Pablo Hernández de Cos también ha revisado a la baja, en dos décimas, el crecimiento medio del PIB en 2024, hasta el 2,7%, fundamentalmente debido a la probable extensión en 2023 de una parte de las medidas en vigor durante 2022 para reducir el impacto de la crisis energética, cuya retirada al comienzo de 2024 dará lugar "a un pequeño impacto negativo" sobre la actividad en dicho ejercicio. Además, el organismo ha publicado por primera vez sus proyecciones sobre el crecimiento de la economía en 2025, que sitúa en el 2,1%.
Bajo toda esta trayectoria proyectada, el PIB de la economía española recuperará su nivel previo a la pandemia entre finales de 2023 y comienzos de 2024, según se desprende del último Informe Trimestral de la Economía Española publicado este martes.
De acuerdo con el informe, el grado de dinamismo de la actividad económica en el tramo final del año habría sido similar al registrado durante el tercer trimestre. La debilidad del consumo por las presiones inflacionistas y por la elevada incertidumbre es uno de los principales factores presentes detrás del modesto avance del PIB previsto para el cuarto trimestre, que crecería un 0,1%, frente al 0,2% registrado en el tercero.
En la presentación de la actualización de sus previsiones económicas, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán ha advertido del riesgo de continuar con la política de ayudas por parte del Gobierno y que puede llevar a prolongar la inflación hasta 2025.
“Desplegar una medidas que tienen un coste fiscal muy elevado y que solo contienen la evolución de la inflación durante un periodo de tiempo corto, para luego devolvértela cuando se retiran es algo que se tiene que valorar”, ha asegurado Gavilán.
Para el primer trimestre de 2023 la evolución económica será más o menos similar al de este cuarto trimestre, según ha destacado el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Angel Gavilán, que ha resaltado la "resiliencia apreciable" de la economía española.
De cumplirse estas previsiones, España lograría evitar entrar en una situación de 'recesión técnica' --dos trimestres consecutivos de contracción del PIB--, si bien Gavilán ha indicado que "es precipitado descartar ningún escenario en un contexto de tanta volatilidad".
El Banco de España prevé que a partir del segundo trimestre del año próximo el crecimiento económico recuperaría vigor de manera paulatina, a medida que, entre otros factores, mejoren las rentas reales de los agentes, como consecuencia de la disminución gradual de las presiones inflacionistas, se recuperen los mercados exteriores y se desplieguen los proyectos de inversión vinculados con el programa 'Next Generation EU'.
IMPACTO DE LA PRORROGA DE LAS MEDIDAS ANTICRISIS
Además, la previsible prórroga de algunas de las medidas para atenuar los efectos de la inflación añaden cuatro décimas al crecimiento del PIB del próximo año.
No obstante, desde el Banco de España se apunta a que, si en vez de extenderse hasta finales de 2023, las medidas de apoyo contempladas solo se prorrogasen hasta finales del próximo mes de junio, la inflación media en 2023 sería siete décimas mayor que en el escenario central, mientras que el avance del PIB sería una décima menor.
Por otro lado, una hipotética extensión de la bonificación al precio de los carburantes hasta finales de 2023 reduciría, en comparación con el escenario central, en seis décimas la inflación media en ese año, pero la elevaría en esa misma cuantía en 2024. En cambio, el impacto sobre el crecimiento del PIB sería de una décima al alza en 2023 y de una décima a la baja en 2024.
MEJORA LAS ESTIMACIONES PARA LA INFLACION
En cuanto a la inflación, el Banco de España ha recortado sus previsiones de 2022 desde una media prevista del 8,7% al 8,4% para este año. Además, las perspectivas mejoran de cara a 2023, cuando el IPC se situará en el 4,9%, más de medio punto menos respecto a la anterior previsión (5,6%). En 2024, se estiman tasas del 3,6%, frente al 1,9% de la previsión anterior y para 2024 se prevé que 1,8%.
Así, desde el organismo ven probable que las tasas de inflación permanezcan en niveles relativamente elevados varios trimestres en un contexto en el que aún no se aprecian indicios de efectos de segunda ronda significativos a través de los salarios ni de los márgenes empresariales en términos agregados.
No obstante, desde el Banco de España se apunta a que la información de la Contabilidad Nacional por ramas de actividad revela un comportamiento más dinámico de los márgenes empresariales del sector manufacturero y de las industrias extractivas, de energía y de agua, en contraste con la debilidad de los márgenes en el sector de la construcción.
LA CAIDA DEL PRECIO DE LOS ALIMENTOS AUN TARDARA
De su lado, el organismo ha anticipado que la moderación del ritmo de avance de los precios de los alimentos y la reanudación de la caída de la tasa de inflación subyacente tardarán algo más en producirse, dado que aún no se ha completado plenamente la transmisión de los aumentos de costes recientes a los precios de todos los bienes y servicios de consumo.
En este sentido, prevé que el componente subyacente alcanzará el 3,8% este año, frente al 3,9% anterior, y se moderará hasta el 3,4% en 2023 --más bajo del 3,5% de la pasada estimación-- y al 2,2% en 2024, superior en una décima respecto a la previsión pasada. En 2025, esta referencia se situaría en el 1,8%.
En todo caso, estas proyecciones de precios descansan sobre dos supuestos. Por un lado, se asume que, si bien incompleta, una parte apreciable de la traslación a los precios de venta finales de las empresas de los aumentos de costes pasados ya se habría producido. Por otro lado, se supone que, en línea con la evidencia disponible hasta la fecha, no se producen a lo largo del horizonte de proyección efectos de segunda vuelta "significativos", vía márgenes o salarios, que puedan desencadenar fenómenos de retroalimentación de las actuales presiones inflacionistas.
Todo esto, en un contexto en el que la tasa de ahorro de los hogares ha venido reduciéndose en los últimos trimestres desde el máximo alcanzado en el segundo trimestre de 2020 --del 25,1%--. En concreto, desde el Banco de España advierten de que la tasa de ahorro de los hogares ha mantenido una senda claramente descendente, hasta situarse en el 8,5% en el segundo trimestre de este año, muy cerca de su promedio histórico --del 8,3%--.
Además, desde el organismo prevén que la inversión en vivienda proseguiría su senda de ralentización en el cuarto trimestre, sibien los precios estarían mostrando una cierta resistencia a la baja.
REDUCCION DEL EMPLEO, DEL DEFICIT Y DE LA DEUDA
En cuanto a la evolución del empleo, la institución ha mantenido la previsión para este año, en el que espera una tasa media de paro del 12,8%, aunque subiría ligeramente al 12,9% en 2023, se moderaría 2024 en el 12,2% y acabaría 2025 en el 12%.
De su lado, el organismo mejora sus estimaciones de ingresos y gastos para este año, ya que el déficit público quedará en 2022 en el 4,2% del PIB, frente al 4,3% previamente estimado. Así, el Banco de España señala que los ingresos públicos siguen mostrando un fuerte dinamismo y apuntan a que el déficit de las administraciones públicas en el conjunto de 2022 podría ser menor que el contemplado en el Plan Presupuestario (5%).
No obstante, hay un ligero empeoramiento de las perspectivas para 2023, con una tasa del 4,1% frente al 4% previo, pero mejor en seis décimas la de 2024 al 3,7%. Tras este descenso, el déficit volvería a subir al 4,5% en 2025.
En cuanto a sus estimaciones para la deuda en 2022, el organismo ha mejorado sus previsiones tras situarla ahora en el 113,1% del PIB, frente al 113,3% previsto anteriormente. De cara a 2023, la deuda se situará en el 110,6% del PIB y en 2024 bajará del umbral de 110% y se colocará en el 108,8%. En 2025, subirá ligeramente al 109,8%.