España no entrará en recesión en 2023 aunque los próximos trimestres van a ser duros, señaló hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI). "No anticipamos una recesión, ni siquiera técnica", dijo en una rueda de prensa virtual Dora Iakova, jefa de la misión ordinaria que el Fondo ha realizado a España para hacer un análisis de su situación económica.
Aun así, habrá un crecimiento "muy cercano a cero, tanto en el último trimestre de este año como en el primer trimestre del próximo año", ya que se espera "un invierno difícil" en toda Europa, señaló.
Conforme avance 2023, agregó, "esperamos un aumento constante del crecimiento".
El FMI publicó hoy las conclusiones de su visita a España y en ellas apunta a que el país crecerá este año el 4,6 %, tres décimas más de lo pronosticado anteriormente, mientras que en 2023 crecerá el 1,2 %, la misma cifra pronosticada anteriormente. El dato para 2022 es incluso superior a las previsiones del Gobierno español (4,4 %).
Tanto en el informe como en la rueda de prensa, el FMI felicitó al Gobierno español por haber adoptado "una serie de medidas para proteger a los consumidores y las empresas del aumento de los precios de la energía", indicó Iakova.
Varias de las medidas "han sido adecuadamente dirigidas a las familias de bajos ingresos" -entre ellas los bonos sociales eléctricos y térmicos, y el aumento del ingreso mínimo vital-, pero otras no, como las bajadas generalizadas de los precios de la energía.
"El énfasis de la política en el próximo año debería cambiar a permitir que los precios operen más libremente, al tiempo que proporciona alivio de ingresos a los hogares y empresas más vulnerables", señaló Iakova.
Otro de los principales retos del Gobierno español es "la alta deuda pública": "Se necesitará un esfuerzo sostenido para reconstruir los amortiguadores y crear espacio para responder a futuros choques, en un contexto de aumento de los costos de financiamiento", agregó Iakova.
Sobre la inflación, el FMI cree que se moderará el año que viene y están "razonablemente seguros" de que no volverán a verse niveles de inflación de dos dígitos. Esperan que la cifra esté en torno al 4,5 % el próximo año.
En este contexto, añadió Iakova, los ciudadanos y las empresas tendrán que entender "que habrá una reducción temporal en el ingreso real", porque "si se intenta conservar el poder adquisitivo, lo que puede pasar es que las empresas pierdan competitividad".
La pérdida de poder adquisitivo debida a este shock, apunta el FMI en su informe, es "inevitable" y "tendrá que ser absorbida por una disminución temporal de los ingresos reales de los hogares y las empresas".
"Un acuerdo general para repartir entre la sociedad las pérdidas de ingresos (pacto de rentas), podría reducir el riesgo de una inflación persistente", agregó la institución.