La economía española crecerá este año un 2,1%, según las nuevas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha revisado una décima a la baja su pronóstico del pasado mes de enero, aunque la institución internacional ha confirmado su expectativa de que el PIB español crecerá un 1,9% en 2020, manteniéndose así en ambos ejercicios por encima de la expansión media anticipada para la zona euro.
En su análisis, la institución internacional aboga por que España lleve a cabo una "reconstrucción gradual" de su colchón fiscal con el fin de garantizar la estabilidad y evitar reavivar la espiral negativa entre los riesgos soberanos y bancarios, añadiendo que los esfuerzos para reducir la dualidad del mercado laboral impulsarían la creación de empleo e incentivarían la inversión privada.
A pesar de este recorte de una décima en su proyección de crecimiento para 2019, España es la gran economía europea que mejor resiste la desaceleración generalizada prevista por el FMI en su informe 'Perspectivas Económicas Mundiales'. De este modo, la economía española seguirá creciendo en 2019 y 2020 por encima de la media de la eurozona, que ha sido rebajada en tres y dos décimas, respectivamente, hasta el 1,3% este año y el 1,5% el siguiente.
De hecho, en comparación con el resto de las grandes economías del euro, la rebaja de una décima en la previsión de crecimiento para España en 2019 resulta benigna respecto del ajuste realizado en el caso de países como Alemania, Francia o Italia. Así, el pronóstico de crecimiento del FMI para la economía germana en 2019, que en enero ya fue recortado en seis décimas, hasta el 1,3%, vuelve a ser ajustado ahora a la baja medio punto porcentual, hasta el 0,8%, mientras que la previsión de cara a 2020 se rebaja otras dos décimas y pasa a situarse en el 1,4%.
En el caso de Francia, los nuevos pronósticos apuntan a un crecimiento del 1,3% en 2019 y del 1,4% un año después, dos décimas menos de lo proyectado en enero para cada año, mientras que para Italia la institución ha recortado en medio punto porcentual su previsión de crecimiento para 2019, hasta el 0,1%, aunque mantiene sin cambios su proyección para 2020 en el 0,9%.
Como causas de esta ralentización en el euro, el Fondo apuntó a un "debilitamiento de la confianza empresarial y de los consumidores", la "incertidumbre fiscal" y la baja inversión en Italia, las "protestas callejeras" en Francia y el retraso en la introducción de nuevos estándares energéticos en Alemania.