La OCDE mejora su previsión de crecimiento para España, pero es más pesimista que el Gobierno
La estimación para España va en línea con el rediseño global de las previsiones macroeconómicos que la OCDE hace en su informe
SERVIMEDIA
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revisó este viernes al alza su previsión de crecimiento del PIB para España hasta elevarla al 1,7% en 2023, cuatro décimas más que en su anterior proyección, aunque mantuvo intacta su estimación para 2024, también en el 1,7%.
Así se recoge en su informe de perspectivas económicas, que rebaja también los niveles de inflación previstos para 2023 y 2024. No obstante, corrige al alza la subyacente, que en España está de plena actualidad por la presión del precio de los alimentos. En febrero, de hecho, el coste de la cesta de la compra se incrementó un 16,6% interanual, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La estimación de crecimiento económico de la OCDE es más pesimista que la del Gobierno –2,1%–, aunque mejora la proyectada por los grandes organismos nacionales e internacionales: desde el 1,4% augurado por la Comisión Europea hasta el 1,1% del Fondo Monetario Internacional (FMI). También supera la próxima revisión del Banco de España, que se situará en el 1,6%, según han anunciado sus dirigentes en las últimas semanas.
La estimación para España va en línea con el rediseño global de las previsiones macroeconómicos que la OCDE hace en su informe. El organismo sostiene que la economía mundial se expandirá un 2,6%, cuatro décimas más, gracias a la aparición de “más señales positivas”, que han mejorado la confianza del empresario y del consumidor. Entre ellas, la disminución del riesgo de una escasez crítica de suministros de energía, que “no ha desaparecido”.
En este contexto, las grandes economías del euro avanzarán más de lo previsto, aunque ninguna a los niveles de España. Francia crecerá un 0,7%, una décima más de lo estimado en noviembre; Italia, un 0,6%, cuatro décimas más; y Alemania, un 0,3%, seis décimas más.
INFLACIÓN
Con respecto a la inflación, la OCDE prevé que España terminará 2023 con una media del 4,2%, seis décimas menos que su anterior cálculo, aunque la subyacente –que excluye la energía y los alimentos sin elaborar– se situará en el 5%, dos décimas más.
Esta evolución general de los precios es más positiva que la proyectada para las economías avanzadas (5,9%) y la eurozona (6,2%), aunque, en el caso de la subyacente, el G20 se sitúa por debajo (4%) y la media de los países del euro se quedan cerca de las cifras de España (5,2%).
Para 2024, la OCDE sostiene que España apenas reducirá su inflación en un 4%, una de las más altas de la organización a pesar de que esta cifra supone un recorte de ocho puntos con respecto al anterior cálculo. De forma simultánea, mantiene la subyacente en el 3,7%, la tercera más alta de las 13 economías analizadas para este ejercicio, solo por detrás de Sudáfrica (4,7%) y Turquía (41,6%).
Con estas cifras, el informe advierte de que los precios de la energía y los alimentos se mantienen “muy por encima” de los niveles observados antes de la pandemia, “lo que hace que muchos hogares de bajos ingresos sigan enfrentando presiones presupuestarias”.
TIPOS DE INTERÉS
En este contexto, augura que las tasas de interés alcanzarán un máximo del 5,5% en Estados Unidos y del 4,25% en la zona del euro, con una “leve relajación” en “algunas economías” en 2024 si la inflación desciende.
Ante esta perspectiva, la OCDE advirtió de los “riesgos” que pueden derivar de una alta inflación, que obligaría a los bancos centrales a mantener las tasas de interés a niveles elevados “durante más tiempo del esperado actualmente”.
Este escenario podría tener “efectos más fuertes de lo esperado en el crecimiento económico” y “desencadenaría movimientos considerables en los mercados financieros”. “Los cambios bruscos en las tasas de interés y en el valor de las carteras de bonos también podrían exponer aún más los riesgos de duración en los modelos comerciales de las instituciones financieras, como se ha puesto de manifiesto la quiebra del banco estadounidense Silicon Valley en marzo”, indica el informe, que hace referencia así a la caída de la entidad norteamericana que ha revolucionado el sistema bancario.
No obstante, la OCDE considera que la mejora de la regulación financiera que se hizo tras la crisis de 2008 y la toma de medidas “inmediatas” para proteger a los ahorradores –como hicieron el Tesoro Federal de EEUU, la Reserva Federal (Fed) y la FDIC– “reducen el riesgo de un amplio contagio financiero de tales eventos”.
PLANES FISCALES
Por último, el informe de la OCDE subraya que “hay motivos” para que los Estados empiecen a retirar “gradualmente” las medidas fiscales adoptadas para hacer frente a los efectos económicos de la pandemia y la guerra de Ucrania, sin dejar de dar un “apoyo específico a quienes más lo necesitan”.
La organización se suma así al llamamiento de los diferentes organismos internacionales, y aboga por una focalización de las políticas públicas en los colectivos más vulnerables, para “garantizar su sostenibilidad fiscal, preservar los incentivos para el ahorro de energía y limitar el estímulo adicional a la demanda en un momento de alta inflación”.