El índice de precios de consumo (IPC) anual se situó en el 2,3% en julio, lo que supone una subida de casi medio punto con respecto a junio, mientras que la subyacente –que no contabiliza ni alimentos no elaborados ni productos energéticos– se incrementó en tres décimas, hasta el 6,2%, según los datos confirmados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La subida de la inflación general se debe, principalmente, al encarecimiento de los precios de los carburantes. Sus precios se han incrementado dos puntos porcentuales más con respecto al mes anterior, aunque sigue un 5,3% más barato que hace un año –en gran parte por la bonificación de 20 céntimos por litro aprobada por el Gobierno–.
También, aunque en menor medida, tienen un impacto negativo la evolución del coste de la ropa –que se encarece un 2,1% interanual–, el ocio –que cuesta un 7,2% más por el incremento de los precios de los paquetes turísticos– y los alimentos y bebidas no alcohólicas –que vuelven a repuntar y se sitúan en el 10,8%–.
No obstante, la inflación registrada en julio es la segunda más baja desde abril de 2021, cuando se situó en el 1,3%, por lo que se mantiene en niveles previos a la guerra de Ucrania. No sucede lo mismo con la subyacente, que se mantiene elevada y en cifras similares a las de septiembre del año pasado, cuando se situó en el idéntico 6,2% registrado el mes pasado.
En variación mensual, los precios de consumo registraron una subida del 0,2% respecto a junio, mes en el que el IPC registró una subida del 0,6% a pesar de tocar fondo. Ello fue debido a un efecto escalón en la estadística.
Por último, la tasa de variación anual estimada del índice de precios de consumo armonizado (IPCA) se situó en el 2,1%, medio punto porcentual menos que la registrada en el mes anterior. No obstante, en términos mensuales, el IPCA se redujo un 0,1%.
Los alimentos, al 10,8%
Entre las principales novedades en el IPC de julio destaca la evolución de los alimentos, cuyos precios vuelven a revalorizarse y llegan al 10,8% interanual. Esta variación se debe, sobre todo, al encarecimiento experimentado en el último mes (+0,7%), empujado por las frutas, los aceites y grasas, y el pescado y marisco, que subieron un 7,1%, un 3,4% y un 0,6%, respectivamente.
En la cara opuesta, destacó el abaratamiento de las legumbres y hortalizas en julio, cuando sus precios cayeron un 2,3%. En lo que va de año, los alimentos que más se han encarecido son el aceite de oliva (+15,8%), las frutas frescas (+15%), la patata (+13,8%) y la carne de porcino (+10,9%).