Los inversores han asimilado la victoria por sorpresa de Donald Trump en Estados Unidos y, gracias a su discurso conciliador, la Bolsa española ha aguantado la presión y su principal indicador, el IBEX 35, ha logrado mantener los 8.900 puntos pese a retroceder un 0,40%.
El triunfo del magnate republicano frente a la demócrata Hillary Clinton provocó en un primer momento una oleada masiva de ventas en las grandes plazas europeas, incluida la española, que arrancó la jornada con un batacazo próximo al 4%, el mayor desde el "brexit", en junio.
En las plazas asiáticas la posibilidad de que Trump llegara a la Casa Blanca ya había provocado una caída del 5,36% en el Nikkei de Tokio y del 2,16% en Hong Kong, además de la búsqueda de valores refugios como el oro o la deuda alemana por parte de los inversores.
Durante la sesión, las caídas del IBEX 35 se suavizaron, al igual que en el resto del Viejo Continente, especialmente tras la apertura alcista de Wall Street, que parecía celebrar la elección con subidas de farmacéuticas, empresas armamentísticas, mineras y constructoras.
El oro también frenó su escalada y al cierre de los mercados en Europa su repunte era sólo del 0,6%, hasta 1.283,35 dólares/onza. Aun así, con la prima de riesgo española en 107 puntos básicos, el IBEX 35 ha restado 35,5 puntos en la sesión, el 0,40 %, hasta 8.901,50, con lo que las pérdidas este año se amplían al 6,73% y sólo en noviembre al 2,64%.
En el resto de plazas europeas, sólo Milán acompañó a Madrid con unas pérdidas del 0,10 %, mientras que Fráncfort subió un 1,56%, París, un 1,49% y Londres, un 1%.
Los mercados descontaban en los últimos días la victoria de Clinton, favorita en las últimas encuestas, sin embargo, el mensaje populista de Trump ha calado en los estadounidenses y su ascenso a la Casa Blanca ha sorprendido a los inversores, igual que sucedió cuando los británicos votaron "no" a la UE.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha explicado que siempre que hay alguna "sorpresa" así se genera una cierta volatilidad, que no ha sido excesiva, porque como apuntan algunos expertos consultados por Efe el mercado se había ido preparando.
La carrera a la Casa Blanca se había convertido en una lucha muy reñida y aunque los inversores preferían la opción de Clinton, ahora parece que confían en que la actitud de Trump sea más conciliadora que la manifestada en campaña.
Lo que pase en el futuro en los mercados dependerá de si mantiene algunas de sus propuestas más controvertidas o, por el contrario, comienza a matizarlas, como explica la analista de Self Bank Victoria Torre.
"Trump puede hacer daño a los mercados de muchas maneras, pero en concreto podríamos pensar en el levantamiento de muros con México, la derogación de los acuerdos comerciales en vigor o el aumento irresponsable de deuda de un país que destaca ya por su desequilibrio en este sentido", añade esta experta.
En este escenario, algunos sectores pueden verse apoyados por la política monetaria del nuevo presidente, como el sector sanitario, el constructor y el energético.
Quizás por eso Grifols, que obtiene más del 60% de sus ingresos en EEUU, ha subido del 3,94%; por otro lado, el gasto en infraestructuras está garantizado con Trump y su lema de "Make America Great Again!".
De ahí que ArcelorMittal y Acerinox hayan encabezado las alzas del IBEX, con repuntes del 10,46% y el 5,72%, seguidas de ACS, que ha avanzado un 5,22%, ya que al igual que Ferrovial, OHL o FCC podría obtener futuros contratos en EEUU.
Además de las constructoras, los bancos con presencia en EEUU podrían beneficiarse de una política monetaria que les reporte más ingresos, si bien BBVA ha encabezado las pérdidas con una caída del 5,70%.
En el caso del gigante que preside Francisco González afecta más que México sigue siendo su principal fuente de ingresos y el peso se había hundido más del 7% al cierre de las plazas europeas.
Iberdrola se ha dejado un 2,05% y Telefónica, un 1,34%, mientras Repsol ha subido un 0,92% y el Santander, un 0,20%. Inditex ha cerrado sin cambios. También destaca la pérdida del 4,22% de Gamesa por el desinterés de Trump en las energías renovables.