La dirección de PSA Opel y el comité de empresa han alcanzado "in extremis" un preacuerdo de convenio colectivo, que este martes se someterá a la consulta de la plantilla, cuando se agotaban las horas de negociación marcadas para el final de la jornada de ayer, 29 de enero.
A lo largo del lunes se mantuvo, como en días anteriores, la incertidumbre sobre el resultado de una nueva reunión que comenzaba a las 8.30 horas a puerta cerrada en la planta de Figueruelas para lograr un acuerdo al que han urgido los gobiernos de España y Aragón.
Según avanzaba la tarde, tan sólo había trascendido que empresa y sindicados estaban "apurando" las negociaciones para cerrar las condiciones laborales que regirán los próximos años para los empleados de Opel España.
En juego estaba también la fabricación o no del nuevo Corsa en esta planta zaragozana después de que PSA amenazara esta semana con no traerlo si no había acuerdo.
Una amenaza que supondría un varapalo para la fábrica, las empresas auxiliares y la economía aragonesa, por el peso que representa el sector del automóvil.
Ante esta incertidumbre y el fin de plazo hacia el que avanzaba el reloj, el ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos, había instado hoy al grupo PSA y al comité de empresa a que pusieran "todo su empeño" en llegar a un acuerdo que permitiera mantener el funcionamiento de la planta en Figueruelas y atraer nuevas inversiones.
En declaraciones remitidas a los medios, ha asegurado que en el Ministerio se seguían muy de cerca las negociaciones, hasta entonces infructuosas, y ha recordado que la industria del automóvil es esencial "no solo para la economía aragonesa, sino para el conjunto de España, por su apuesta por la I+D+i, el empleo de calidad, la capacidad de atracción de inversión extranjera y el dinamismo exportador".
Antes de intervenir en un acto del Consejo General de Economistas, De Guindos insistía en que esperaba "noticias positivas", pese a reconocer que no era "sencillo".
En Aragón, el presidente Javier Lambán también ha urgido hoy a las partes a lograr un acuerdo, que calificaba de "absolutamente fundamental", "por el bien de la comunidad autónoma".
Lambán, que el pasado jueves medió entre ambas partes para que volvieran a la negociación que habían suspendido los sindicatos al no abordarse los puntos que ellos consideraban "irrenunciables" y tras la amenaza de PSA de paralizar la fabricación del nuevo Corsa en Figueruelas, subrayaba que es "mucho lo que está en juego". Los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, pedían a empresa y comité que cerraran un acuerdo que permita continuar con la actividad y el empleo en Figueruelas y mantener las condiciones laborales de sus trabajadores.
En declaraciones tras la rueda de prensa para presentar los actos reivindicativos del Día Internacional de la Mujer, Sordo apostaba por la necesidad de negociar y tratar de alcanzar un acuerdo que contemplara ambas variables, mientras que Álvarez expresaba su confianza en que se lograra cerrar "con éxito" el acuerdo "en un corto espacio de tiempo". Aunque también destacaba: "Las multinacionales, en general, y las del automóvil, en particular, no pueden acudir de manera permanente al chantaje para delimitar derechos a costa de amenazas sobre la prevalencia o no de productos en factoría".
La presidenta del comité de empresa, Sara Martín, no obstante, pese a lo largos y tensos que han sido los últimos días de negociación del convenio, el primero desde que la planta fue adquirida por el grupo PSA, aseguraba que tenía el "ánimo de intentar conseguir un acuerdo de convenio" si hacía falta "hasta el último segundo".
Finalmente se ha logrado, unas horas antes de que expirara el plazo, un preacuerdo que mañana se someterá al voto de los trabajadores.