El primer ministro francés, François Fillon, anunció un plan de ahorro de 100.000 millones de euros con el objetivo de lograr el equilibrio financiero en 2016, lo que incluye un recorte de gastos y un incremento de impuestos. El proyecto incluye adelantar un año (2017) la entrada en vigor plena del retraso de la edad mínima de jubilación (que pasa de 60 a 62 años), el recorte de algunas subvenciones sociales y de ayudas a la compra de viviendas.
Además, se reducirán los gastos del Estado, lo que incluye una congelación de los sueldos de ministros y del presidente, se subirán algunos impuestos y se limitarán los gastos de la Seguridad Social.
El plan, el segundo que presenta París en cuatro meses, pretende hacer frente a la revisión a la baja de las previsiones de crecimiento, situadas ahora en el 1 por ciento, frente al 1,75 % anunciado inicialmente.
Fillon aseguró que la quiebra de Francia "no es algo abstracto", por lo que justificó los "sacrificios" que deberán afrontar los particulares y las empresas, además del control del gasto público.
El principal sacrificio corresponderá a los nacidos entre 1952 y 1956, que tendrán que trabajar algún mes más antes de poder cobrar su pensión. El Gobierno adelantará a 2017 la entrada en vigor del retraso de la edad mínima de jubilación a los 62 años, una medida con la que pretende ahorrar, hasta 2016, unos 4.400 millones de euros.
Tras las huelgas que afectaron al país a finales del año pasado contra el retraso de la edad mínima de jubilación, el endurecimiento de la medida puede volver a sacar a los trabajadores a la calle.
También se recortarán otras medidas sociales, como las ayudas a la compra de vivienda, y se limitará la subida de ciertas subvenciones independientemente del incremento de la inflación.
La subida del impuesto sobre el valor añadido consistirá en un incremento, del 5,5 % al 7 % del tipo reducido, aunque Fillon aseguró que no afectará a los productos alimentarios.
En cuanto al impuesto de sociedades, el primer ministro anunció una tasación provisional suplementaria del 5 a las empresas que facturen más de 250 millones de euros por año.
En paralelo, el Ejecutivo reducirá el gasto público, con una reducción de 1.500 millones del presupuesto de 2012, 500 millones más de lo previsto hasta ahora.
Fillon señaló que será la primera vez desde 1945 que un Gobierno francés presenta un presupuesto a la baja.
El ahorro afectará también a los ministros y al presidente, que verán congelado su salario, así como a los partidos políticos, a quienes se reducirá un 5% la subvención.
Medidas "ejemplares" que el primer ministro pedirá que se adopten en las administraciones locales, así como en los salarios de los dirigentes de las grandes empresas.
El plan de ahorro se suma al conocido a mediados de agosto pasado con el que el Gobierno francés anunció un ahorro de 11.000 millones de euros en 2012.
Francia presenta este nuevo ajuste presupuestario ante la amenaza de las agencias de notación de despojarle de la triple A que tiene en la actualidad su deuda pública.