- Compartir:
- Compartir en Facebook
- Compartir en Twitter
- Compartir en Whatsapp
- Compartir en Messenger
- Compartir en Messenger
Fumata negra en la primera votación del Cónclave para elegir al nuevo Papa
- Fumata negra tras la primera votación
- Los 115 cardenales electores comienzan su Cónclave en la capilla sixtina
El humo de la primera fumata del Cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI ha salido negro, a las 19.41 horas -dos horas y siete minutos después de que se cerrasen las puertas de la Sixtina- lo que indica que no ha sido elegido el nuevo Papa tras la primera votación realizada por los 115 cardenales electores del Colegio Cardenalicio.
Decenas de miles de personas se congregaron en la plaza de San Pedro para seguir el evento en directo, desafiando la lluvia y el frío reinantes hoy en Roma.
Los 115 cardenales que elegirán al sucesor de Benedicto XVI se encerrarón en cónclave
en la capilla Sixtina, de donde saldrá el 266 Papa de la historia de la Iglesia Católica.
Los cardenales entraron en la Sixtina a las 16.30 hora local, tras reunirse un cuarto de hora antes en la cercana capilla Paulina para una oración inicial, tras la cual el purpurado que preside el rito, el cardenal Giovanni Battista Re, les recordó en latín, lengua en la que se desarrolla el ritual, que están allí para elegir al Sumo Pontífice.
Desde la capilla Paulina comenzó la procesión, que atravesó la Sala Regia para llegar hasta la colindante Sixtina.
Una cruz abrió la procesión, seguida de la Capilla Musical Pontificia, algunos prelados, los ceremonieros, el secretario del colegio cardenalicio, Lorenzo Baldisseri; el vicecamarlengo, Pier Luigi Celata, y el cardenal octogenario maltés Prosper Grech, encargado de pronunciar la última meditación antes del voto, y el Maestro de las Celebraciones Pontificia, Guido Marini.
Detrás los cardenales, en orden inverso de precedencia: primero los de la orden de los diáconos, seguidos de presbítero y de los obispos.
La procesión la cerró el purpurado Giovanni Battista Re, que es el cardenal de la orden de los obispos más antiguo, debido a que tanto el decano del colegio cardenalicio como el vicedecano, Angelo Sodano y Roger Etchegaray, no pueden entrar en el cónclave al tener más de 80 años y la normativa vaticana impide a los purpurados octogenarios votar, aunque si pueden ser elegidos.
Todos entraron recitando las letanías en la capilla Sixtina, que sigue siendo el tradicional lugar donde, bajo el fresco del "Juicio Final" de Miguel Ángel, se elegirá al sucesor del papa Ratzinger.
En el recinto estaban el Sustituto de la Secretaria de Estado, Angelo Becciu; el Secretario para las Relaciones con los Estados, Dominique Mamberti. También el Prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein; religiosos de la sacristía de la Sixtina, los sacerdotes que se encargarán de las confesiones de los cardenales, y el Comandante de la Guardia Suiza Pontificia, Elmar Mäder, como establece el ceremonial.
El nuevo Papa sólo saldrá elegido por mayoría cualificada de dos tercios del cuerpo cardenalicio, es decir, necesitará 77 votos para ser elegido.
MISA "PRO ELIGENDO ROMANO PONTIFICE"
Antes, a las 10.00 horas de este martes, se celebró la Santa Misa 'Pro eligendo Romano Pontífice' en la Basílica de San Pedro, presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Angelo Sodano, y concelebrada por todos los cardenales, incluidos los no electores.
Angelo Sodano hizo un llamamiento a la unidad en la Iglesia y pidió a Dios "otro Buen Pastor", de "corazón generoso", que promueva sin cesar la justicia y la paz en el mundo.
"Les exhorto a comportarse de manera digna, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándose recíprocamente con amor, tratando de conservar la unidad del espíritu a través del vínculo de la paz", dijo Sodano, echando mano de la carta a los Efesios del apóstol Pablo, "que empieza -afirmó- con un fuerte llamamiento a la unidad eclesial".
Ante los 115 cardenales electores, numerosos purpurados octogenarios, cuerpo diplomático y miles de fieles reunidos en la basílica de San Pedro, Sodano agregó "San Pablo nos enseña que también todos nosotros tenemos que colaborar para edificar la unidad de la Iglesia y tenemos que cooperar con el Sucesor de Pedro, fundamento visible de tal unidad eclesial".
Sodano, que no participa en el cónclave al tener 85 años, expresó la gratitud de los cardenales a Benedicto XVI y pidió a Dios que dé "otro Buen Pastor" a la Iglesia. "Queremos agradecer a Dios el luminoso pontificado que nos ha concedido con la vida y las obras del 265 sucesor de Pedro, el amado y venerado pontífice Benedicto XVI, al cual en este momento renovamos toda nuestra gratitud", afirmó el cardenal, en medio de un largo aplauso de los presentes. Y añadió: "al mismo tiempo queremos implorar al Señor que pronto conceda otro Buen Pastor a su Santa Iglesia".
Sodano se refirió a la misión del papa y dijo que la "actitud fundamental" de cada buen Pastor es dar la vida por sus ovejas y que eso vale sobre todo para el Sucesor de Pedro, "ya que cuánto más alto y más universal es el oficio pastoral, tanto más grande tiene que ser la caridad del pastor".
Pidió asimismo a Dios un nuevo papa "con un corazón generoso" y señaló que en la línea de los últimos pontífices, el sucesor de Benedicto XVI debe promover "sin cesar la justicia y la paz".
La misa votiva fue oficiada en latín, aunque las lecturas se hicieron en español e inglés y las intenciones en francés, swahili, portugués, malayo y alemán.
Asistieron a ella varios centenares de obispos y arzobispos, entre ellos el prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein, que es también el secretario particular de Benedicto XVI.
Durante la misa los fieles pidieron por los cardenales electores, por todos los pueblos de la tierra, por las necesidades de la vida y por la familia.
JURAMENTO EN LA CAPILLA SIXTINA
Una vez que los purpurados lleguaron a la Capilla Sixtina, el cardenal decano procedió a la lectura de la fórmula de juramento, y a continuación, cada cardenal elector pronunció su nombre y, poniendo la mano sobre los Evangelios, dijo: "Prometo, me obligo y juro".
Según la fórmula del juramento, recogida en la 'Universi Dominicis Gregis', los cardenales prometen "observar con la máxima fidelidad" el secreto sobre todo lo relacionado con la elección del nuevo Papa, tanto durante como después de la elección; juran no favorecer ninguna interferencia, y cada uno se compromete, en caso de ser elegido, a desempeñar fielmente el 'munus Petrinum' de Pastor de la Iglesia Universal.
A continuación, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias pronunció el "extra omnes" (todos fuera) y los no electores abandonaron la Capilla Sixtina.
Durante las próximas jornadas, los cardenales deberán emitir su voto secreto frente al fresco pintado por Miguel Angel en la pared del altar de la Capilla Sixtina, el 'Juicio Universal'.
INCOMUNICADOS CON EL EXTERIOR
Durante el periodo de escrutinios, los purpurados deberán abstenerse de enviar o recibir mensajes de fuera de la Ciudad del Vaticano. Además, según las normas, "quienes directa o indirectamente pudieran violar el secreto ya se trate de palabras, escritos, señales o cualquier otro medio, incurrirían en la pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica". Asimismo, las reglas marcan que los cardenales se abstendrán de toda forma de pactos y compromisos de común acuerdo.
La forma de elección se realizará únicamente por escrutinio. Si eso no ocurre en la primera votación, como así ha sido, se continuará en la segunda jornada con cuatro escrutinios más, dos por la mañana y dos por la tarde.
LA FUMATA TIENE HORA FIJA
Si la elección fuera positiva, el humo blanco podrá esperarse en torno a las 10.30-11.00 de la mañana y las 17.30 o 18.00 horas por la tarde. Si no hay elección, los horarios que se esperan el humo negro serán en torno a las 12.00 horas al final de la mañana y en torno las 19.00 al final de las dos votaciones de la tarde.
Cuando haya elección, sonarán las campanas de la Basílica de San Pedro y desde la aparición de la fumata blanca hasta el anuncio de la elección pasarán alrededor de 40 minutos, porque se llevan a cabo el rito de la aceptación de parte del nuevo Papa, el cambio de los ornamentos, así como también el rito de obediencia por parte de los cardenales presentes en la Capilla Sixtina.
Si ningún cardenal consigue los dos tercios en las votaciones durante tres días consecutivos, el proceso de elección se suspende por un día para realizar una pausa de oración y de libre coloquio entre los cardenales electores.
Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, podrá procederse a la votación entre los dos cardenales más votados en el último escrutinio, pero no por mayoría sino que de nuevo se deberán alcanzar "al menos" dos tercios.
Finalmente, cuando sea elegido el nuevo Papa, el cardenal decano le pedirá su consentimiento y le preguntará cómo quiere ser llamado y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias levantará acta. Los fieles presentes en la Plaza de San Pedro podrán ver la fumata blanca.
Posteriormente, el nuevo Papa irá a la 'capilla de las lágrimas' para vestirse y volverá a la Capilla Sixtina para una pequeña ceremonia con una oración y un pasaje del Evangelio. En ese momento, todos los cardenales demuestran su obediencia al nuevo Pontífice y después cantan el "Te Deum".
Por primera vez, el nuevo Pontífice irá a la Capilla Paulina a rezar unos minutos. Poco después, el cardenal protodiácono, Jean Luis Taurán, pronunciará --si no es él el elegido-- el 'Habemus Papam'. Posteriormente, el nuevo Pontífice impartirá la Bendición Urbi et Orbi.