El Gobierno español ha decidido expulsar al embajador sirio en Madrid, Hussam Edin Aala, y a cuatro miembros de la misión diplomática como respuesta a la "inaceptable" represión del régimen de Bachar al Asad contra la población civil, según informa el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.
Exteriores ha adoptado esta medida de forma coordinada con otros países europeos, como Francia, Alemania, Holanda, Reino Unido e Italia, tras la matanza del pasado viernes en la ciudad siria de Al Haula, en la región central de Homs, en la que murió más de un centenar de personas, de las que la mitad eran niños.
El embajador sirio ha sido convocado en el Palacio de Santa Cruz de Madrid para comunicarle la expulsión y que se le declaraba "persona non grata".
El subsecretario de Exteriores, Rafael Mendívil, ha sido el encargado de notificarle la decisión, según han apuntado fuentes de este departamento.
Exteriores ha dado un plazo de 72 horas para que tanto Edin Aala como los cuatro funcionarios abandonen el país, según la nota de la Oficina de Información Diplomática (OID).
La legación siria quedará a cargo de un diplomático encargado de los asuntos consulares para que "preste la debida asistencia a los ciudadanos sirios residentes en España".
Con esta medida, el Gobierno manifiesta su deseo de trasladar al régimen sirio "su firme rechazo a la escalada de violencia perpetrada contra la población civil".
El Gobierno insta una vez más al régimen de Al Asad a "aprovechar la oportunidad" que ofrece el plan del enviado especial de la ONU para Siria, Kofi Annan, para "resolver esta crisis por medios pacíficos y aplicar con carácter inmediato" las resoluciones del Consejo de Seguridad aprobadas hasta ahora para tratar de acabar con la violencia, concluye el comunicado de la OID.
El titular de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha afirmado hoy en Londres que la última matanza perpetrada por el régimen de Damasco fue una "salvajada" en la que pudo utilizarse "artillería pesada". García-Margallo se ha reunido con su colega británico, William Hague, cuyo Gobierno también ha expulsado al diplomático que estaba al frente de la embajada siria en Londres.
Horas antes de que se anunciara la expulsión del embajador, García-Margallo hizo un llamamiento para actuar de forma rápida para evitar que la situación en el país asiático empeore aún más. "Si no hacemos algo, esto corre el riesgo de convertirse en una guerra civil, una guerra civil sucia, con mucha matanza y que dure", señaló hoy el ministro en declaraciones a Telecinco.
La última ocasión en la que Exteriores convocó al embajador sirio para trasladarle la queja por la violencia de su régimen fue el pasado mes de febrero, al tiempo que se llamaba a consultas al embajador de España en Damasco, Julio Albi, quien sigue en Madrid.
A estas acciones se unió la decisión de suspender las actividades de la Embajada de España en Damasco, adoptada el pasado 6 de marzo.
Dos diplomáticos españoles permanecen instalados en la oficina de la UE en Damasco. Exteriores no ha aclarado por ahora si la expulsión del embajador sirio podría afectar a la situación de estos dos funcionarios.
La medida aplicada con Siria es similar a la que el Gobierno español adoptó con Libia, cuyo embajador fue expulsado en junio del pasado año por mantenerse fiel al dictador Muamar el Gadafi y no condenar la violencia del régimen. En aquella ocasión, también obligó a salir de España en el plazo de diez días a tres funcionarios de la embajada libia por "actividades incompatibles con su estatus diplomático".