El Ejército israelí anunció que ampliará la ofensiva militar en Rafah con "fuerzas adicionales", pese a la presión internacional y el repunte de la violencia en la frontera norte con el Líbano, donde tienen lugar a diario ataques fronterizos con la milicia Hizbulá en paralelo a la guerra en la Franja de Gaza.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró que esta incursión militar en Rafah, iniciada el pasado 6 de mayo y que ya ha causado el desplazamiento forzoso de más de 450.000 gazatíes -muchos de ellos por tercera o cuarta vez- está debilitando al grupo islamista palestino Hamás e impidiendo que pueda "regenerarse", como ya parece haber hecho en muchas áreas del norte.
Mientras la ofensiva israelí continúa, civiles en la Franja siguen muriendo en bombardeos contra viviendas y ataques de artillería, con al menos cuatro muertos hoy, entre ellos una mujer embarazada, en el campamento de refugiados de Yabalia (norte), según fuentes médicas citadas por la agencia palestina Wafa.
También en Yabalia, al menos cinco soldados murieron ayer por "fuego amigo" y otros siete resultaron heridos, después de que un tanque israelí disparase dos veces contra un edificio en el que se encontraban, según una investigación preliminar de medios locales.
Además, en la ciudad de Gaza, al menos diez niños fallecieron esta mañana, cuando cazas israelíes bombardearon las viviendas de tres familias en las áreas de Abu Iskandar, al Sidra y al Sahaba, según la misma fuente.
En total, ya son más de 15.000 los niños muertos en esta guerra, informó hoy la Media Luna Roja Palestina. La falta de combustible para el funcionamiento de los generadores, que mantienen los pocos hospitales que siguen operativos, pone también en riesgo la vida de recién nacidos, embarazadas y pacientes ingresados en la UCI, denunció hoy en un informe la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
Esta mayor escasez de fuel y de alimento se debe, apunta UNRWA, a la invasión militar israelí en Rafah iniciada hace diez días, y que impide la entrada de estos bienes por el cruce de Rafah, fronterizo con Egipto y tomado por tanques israelíes a inicios de mayo.
A fin de paliar esta situación, EE.UU. anunció hoy el comienzo de las operaciones de un muelle flotante en la costa de Gaza, que según el Pentágono permitirá entregar unas 500 toneladas de ayuda en los próximos dos días y asistir a más de dos millones de personas en riesgo de hambruna.
Mientras persisten los combates en Gaza, la tensión en la frontera norte de Israel tampoco deja de crecer, con tres soldados heridos hoy, uno de gravedad, en la localidad israelí de Metula tras un ataque con un dron explosivo, y dos miembros de la milicia chií Hizbulá muertos en el bombardeo israelí contra un vehículo en el distrito de Tiro, en el sur del Líbano.
Además, Hizbulá reivindicó el lanzamiento de al menos 60 cohetes contra objetivos militares en el norte de Israel en las últimas horas, en respuesta a los bombardeos nocturnos israelíes contra diferentes puntos del sur del país, entre ellos el Valle de la Bekaa, una región alejada de la frontera común donde se suele concentrar el fuego cruzado entre las partes.
El miércoles, Hizbulá también atacó con varios aviones no tripulados una base israelí ubicada en el área de Illaniya, a más de 30 kilómetros de la frontera, constituyendo uno de los puntos más alejados atacados hasta ahora en Israel.
Los choques entre las partes, iniciados el pasado octubre en el marco de la guerra de Gaza, son los más graves desde el conflicto que libraron ambos en 2006, y ya se ha cobrado la vida de más de 400 personas, la mayoría del lado libanés y en las filas de Hizbulá con más de 270 bajas.
Pero el cruce de fuego se ha intensificado tanto en las últimas semanas, que se teme una próxima guerra abierta entre Israel y Líbano.