Jordania ejecutó hoy a dos terroristas condenados a muerte y prometió dar una dura respuesta a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) por haber asesinado quemándolo vivo al piloto jordano Muaz Kasasbeh, un acto que fue repudiado con fuerza en el mundo musulmán.
El rey Abdalá II de Jordania, regresó a su país tras suspender la visita que estaba realizando en Estados Unidos, donde se reunió con el presidente Barack Obama, y advirtió de que actuarán contra "esa camarilla de criminales", en alusión al EI.
"La sangre del héroe mártir no quedará sin la respuesta severa de Jordania y de su Ejército a ese acto cobarde y criminal, porque esa organización terrorista no solo lucha contra nosotros, sino también contra el islam y sus nobles valores", dijo el monarca en un encuentro con altos mandos militares y de las fuerzas de seguridad.
Según un comunicado de la Casa Real, Abdalá II afirmó que el mundo árabe e islámico está librando "una guerra sin cuartel para preservar su credo y los valores humanos".
En un vídeo difundido ayer, el EI muestra cómo quema vivo al piloto, que fue capturado en Siria el pasado 24 de diciembre después de que el avión que dirigía se estrellase durante una operación de la alianza internacional contra los yihadistas, liderada por EEUU.
Frente a las voces que culpan de lo ocurrido a la participación jordana en esa alianza, Ammán consideró hoy que ese "horrible crimen demuestra lo correcta que ha sido la actitud de Jordania uniéndose a esta guerra contra el terrorismo".
El portavoz gubernamental, Mohamed Momani, aseguró que su país "seguirá adelante en su lucha contra el EI y no dará marcha atrás tras la ejecución de Kasasbeh".
Después de clamar venganza, las autoridades jordanas ejecutaron hoy en la horca a dos terroristas condenados a muerte.
Uno de ellos fue Ziad al Karbuli, antiguo ayudante del líder terrorista Abu Musab al Zarqawi, muerto en un bombardeo estadounidense en Irak en 2006.
También fue ahorcada la iraquí Sayida al Rishawi, cuya liberación había pedido en las últimas semanas el EI a cambio de la vida del piloto y del rehén japonés Kenji Goto, que fue decapitado por ese grupo el sábado.
Las negociaciones para ese canje se suspendieron la semana pasada después de que Ammán pidiera una prueba de que su piloto seguía con vida.
Ayer, las Fuerzas Armadas jordanas apuntaron que el militar había sido asesinado el pasado 3 de enero, a pesar de que en el vídeo no se precisa la fecha de la muerte.
Las dos ejecuciones de hoy fueron criticadas por Amnistía Internacional, que argumentó que la respuesta de las autoridades jordanas a la acción del EI "nunca debería haber sido el recurso a la pena de muerte", si bien algunas ONG jordanas consideraron que esas acciones quedaron eclipsadas por el "salvaje" asesinato de Kasasbeh.
Entretanto, el EI justificó en un comunicado que quemó vivo al militar por sus ataques aéreos dentro de la alianza internacional, en aplicación del principio del "ojo por ojo, diente por diente".
Las condenas internacionales por este crimen no se hicieron esperar, especialmente las del mundo árabe y musulmán, donde desvincularon el islam de los actos terroristas.
La Liga Árabe criticó esa ejecución, que "viola las leyes internacionales" y "se remonta a la Edad Media", mientras que, entre gobiernos, el sirio pidió a las autoridades jordanas cooperar en la lucha contra el EI.
El rey saudí, Salman bin Abdelaziz, envió un telegrama para expresar sus condolencias al monarca y pueblo jordanos, afirmando que ese "crimen atroz" es "contrario a la religión musulmana y al derecho humanitario".
En Egipto, donde las autoridades también repudiaron la ejecución del piloto, la prestigiosa institución del islam suní Al Azhar defendió que los terroristas del Estado Islámico merecen la muerte, así como ser "crucificados y mutilados", como castigo impuesto en el Corán para aquellos que "luchan contra Alá y su profeta".