Los países de la OCDE deberían invertir más en contratar a más personal sanitario y retenerlo para asegurar la respuesta de sus sistemas de salud a futuras crisis, según un informe de la organización a partir de las lecciones de la pandemia de covid.
El estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) divulgado este jueves analiza el impacto de la pandemia de covid-19 y extrae seis recomendaciones clave -entre las que destaca el aumento del personal sanitario- para garantizar la respuesta de los sistemas de salud ante futuras crisis de similar envergadura.
La pandemia de covid fue "una tragedia", con más de 6,8 millones de muertos en todo el mundo por la enfermedad hasta enero de este año, aunque los análisis de exceso de mortalidad indican que habría costado la vida a cerca de 18 millones de personas hasta finales de 2021.
Por ello, la OCDE considera que "nunca ha sido tan urgente reforzar la resiliencia de los sistemas de sanidad" a fin de hacer frente "a las crisis y permitir absorber futuros choques".
El informe apunta a tres vulnerabilidades claves de los sistemas sanitarios en la pandemia: estaban insuficientemente preparados, sufrían de falta de efectivos y estaban afectados por la falta de inversiones.
Recalca que "hace falta" que los países de la OCDE aumenten sus inversiones a un ritmo anual del 1,4% respecto a 2019 en el sector sanitario, y la mitad debería ir al personal.
"La penuria de personal sanitario constituye una de las mayores amenazas para la resiliencia de los sistemas sanitarios", afirma el documento, que estima en unos tres millones de sanitarios y personal de cuidados la cifra necesaria "para mejorar los sistemas de salud".
También apuesta por "un aumento de la inversión en la retención y el reclutamiento del personal de salud", que generará "mayor flexibilidad en la mano de obra para hacer frente a futuros choques".
Estas son las otras cinco grandes recomendaciones del informe:
- Promover la salud de las poblaciones, tanto a nivel de modos de vida saludables como en mejorar los determinantes sociales de la salud -sobre todo pobreza y desempleo-.
- Invertir en redes digitales para mejorar en la recogida y gestión de datos sanitarios, ya que "sin buena información, los responsables actúan a ciegas".
- Promover la cooperación internacional, a fin de encontrar e implementar soluciones colectivas en lugar de individuales. Por ejemplo con un sistema internacional de vigilancia más sólido y una coordinación más rápida de las respuestas.
Aquí, la OCDE considera que "son necesarios enfoques coordinados a nivel internacional para la transferencia de tecnologías y de la propiedad intelectual", como mostró la "desigual" distribución de vacunas contra la covid.
- Mejorar la cadena de aprovisionamiento de productos y servicios esenciales. El informe recuerda los graves problemas para obtener equipos de protección individual, material de ensayos clínicos y respiradores. Esa carencia fue "devastadora" en lo peor de la pandemia.
- Promover la gobernanza y la confianza del sector sanitario, a fin de lograr una mejor gestión y una mejor interacción con la sociedad. Sobre este punto, la OCDE apunta a que hasta abril de 2022 el 34 % de todas las muertes por covid en 25 países de la organización afectaron a residentes en centros de larga estancia.
La OCDE reconoce que con la guerra de Ucrania, la presión inflacionista o el coste de la energía, "los gobiernos afrontan decisiones políticas difíciles", pero deben tener "inversiones focalizadas y astutas" en sanidad que beneficiarán a toda la sociedad.