Los líderes de Rusia, Vladímir Putin, Alemania, Angela Merkel, y Francia, Francois Hollande, alertaron en conversación telefónica a tres bandas sobre la escalada de la tensión en el este de Ucrania. "En particular, se constató una escalada de la situación a lo largo de la línea de separación en el Donbass", regiones de Donetsk y Lugansk, informó el Kremlin en un comunicado.
Los mandatarios también expresaron su "insatisfacción" con la marcha de las negociaciones entre ambos bandos en conflicto después del fracaso a la hora de trazar una hoja de ruta para el arreglo de la crisis ucraniana.
También lamentaron la falta de avances en el trabajo del Grupo de Contacto, la única plataforma en la que se producen conversaciones directas entre el Gobierno ucraniano y las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk.
"Se subrayó la importancia de incrementar los esfuerzos comunes para frenar la escalada de la tensión en el sureste de Ucrania garantizando el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk", señala el comunicado oficial. Eso incluye, agrega, "el pronto canje de prisioneros según el principio de 'todos a cambio de todos'".
Los dirigentes ruso, alemán y francés también se comprometieron a dar un "nuevo impulso" al Cuarteto de Normandía, formato que incluye también al presidente de Ucrania, Petró Poroshenko.
El 19 de octubre pasado Putin, Merkel y Hollande acordaron en Berlín trazar una hoja de ruta para desatascar la aplicación de los Acuerdos de Paz antes de finales de noviembre pasado. No obstante, sus ministros de Exteriores fueron incapaces de lograr un acuerdo en el plazo previsto, tras lo que se han recrudecido las acciones militares en la zona que han causado decenas de bajas, pese a que rige un nuevo alto el fuego desde el 24 de diciembre.
Los líderes separatistas contribuyeron a la tensión al efectuar esta semana su primer viaje a Crimea, mientras Kiev denunció a Rusia ante el Tribunal de La Haya por apoyar el terrorismo en el Donbass y discriminar a las minorías en la península.
Las negociaciones están estancadas, entre otras cosas, por la falta de acuerdo sobre las elecciones en las zonas controladas por los separatistas, ya que Kiev exige garantías de seguridad y la presencia de observadores internacionales. Además, Ucrania demanda el control de la frontera entre Donetsk y Lugansk y el territorio ruso, mientras Moscú pide a Kiev que apruebe antes una ley que otorgue altas dosis de autonomía a las zonas separatistas.