Donald Trump cumple seis meses en la Casa Blanca con la valoración más baja de un presidente de Estados Unidos desde que se hacen encuestas, sin haber logrado una victoria legislativa y cercado por la trama rusa. Su mandato sigue rodeado de polémica y aunque en el contexto internacional no le va tan mal, dentro de su país se enfrenta a los rechazos de sus principales medidas, como la derogación del sistema de salud de su predecesor, Barack Obama.
Y sus actuaciones siguen generando polémica. Este mismo jueves el fiscal general de EE.UU., Jeff Sessions, ha asegurado que tiene intención de continuar en su puesto "siempre y cuando sea apropiado" y a pesar de las criticas del presidente, Donald Trump, quien ayer le recriminó su decisión de apartarse de la investigación rusa."Tengo el honor de servir como fiscal general. Es algo que va más allá de cualquier idea que hubiera tenido para mí mismo. Nos encanta este trabajo, amamos este departamento y pienso seguir ejerciéndolo siempre y cuando sea apropiado", dijo hoy Sessions en una rueda de prensa para desvelar una operación policial.
El titular de Justicia respondió así a las criticas que profirió contra él Trump, quien ayer en una entrevista con The New York Times aseguró que, de haber sabido que Sessions iba a apartarse de la investigación sobre los vínculos de su campaña con Rusia, no lo habría elegido para el puesto."Francamente, creo que es muy injusto para el presidente, y ése es un término suave", afirmó Trump sobre esa decisión de Sessions de apartarse de la investigación. "¿Por qué asumes una labor y luego declinas hacerlo?", añadió.
En marzo, Sessions decidió apartarse de la investigación rusa después de que saliera a la luz que había tenido dos encuentros con el embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak, durante la campaña presidencial, periodo en el que el titular de Justicia se convirtió en uno de los asesores más cercanos a Trump, según informa EFE. Sessions no reveló esos encuentros durante su audiencia de confirmación en el cargo en el Senado y esa fue la razón por la que tuvo que apartarse de la investigación rusa.
Frente a la insistencia de la prensa, Sessions se limitó a decir que el Departamento de Justicia continuará "cada día trabajando duro para servir a los intereses de la nación" y seguirá esforzándose para sacar adelante las prioridades de Trump, que ha abogado por recuperar políticas de mano dura en el sistema judicial. "Confío plenamente en que seguiremos dirigiendo este departamento de manera efectiva", subrayó Sessions.
La investigación sobre Rusia se encuentra ahora en manos del fiscal especial Robert Mueller, director del FBI entre 2001 y 2013. Mueller está tratando de averiguar si la campaña del ahora presidente Donald Trump se coordinó con el Kremlin para influir en el resultado de las elecciones de 2016.
LO QUE HABLARON PUTIN Y TRUMP
El Kremlin ha negado negó que el presidente ruso, Vladímir Putin, y el estadounidense, Donald Trump, tuvieran un encuentro "secreto" en la reciente cumbre del G20 y confirmó que en su conversación durante la cena de líderes hablaron de las "adopciones" de niños rusos por ciudadanos de EEUU. "Solo puedo confirmar que este tema de verdad se debatió, no puedo decir nada más", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitro Peskov, preguntado por los periodistas acerca de si Putin y Trump habían hablado de ese asunto.
Peskov aseguró que no hubo ninguna reunión "secreta" de los presidentes en Hamburgo durante esa cumbre del G20, el pasado 7 de julio, a parte del primer cara a cara que ambos mantuvieron ese día.
Según dijo ayer Trump en una entrevista al New York Times, es cierto que habló con su colega ruso durante unos 15 minutos durante la cena del G20, pero señaló que la conversación consistió "más que nada en cumplidos". También afirmó que habían discutido sobre las adopciones de niños rusos por parte de ciudadanos de EEUU, según informa EFE.
Rusia prohibió que los estadounidenses adopten niños rusos en respuesta a la Ley Magnitski, aprobada por el Congreso de EEUU en 2012 y que permite a Washington imponer sanciones a ciudadanos rusos considerados responsables de violaciones de derechos humanos. Según el hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr., ese fue el asunto del que habló con la abogada rusa Natalia Veselnítskaya en la polémica reunión de junio de 2016, en la que supuestamente esperaba recibir información perjudicial para la entonces candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton.