Ya a la llegada al Estadio Monumental se iniciaban los disturbios. Los aficionados del River, exaltados, esperaban al autocar de Boca. Y le lanzan piedras y adoquines. El resultado ventanas rotas y jugadores con cortes.
Después de mucha tensión y varios aplazamientos, se decide suspender el encuentro.
Y se determina la clausura preventiva de la cancha por un exceso de capacidad, habían entrado personas con entradas falsificadas.
En la calle se sucedían los incidentes con la policía. Provocaciones, insultos y carreras.
El resultado, 29 detenidos por enfrentamientos con la policía en los aledaños del estadio.
El mundo del fútbol y del deporte queda tocado ante el bochorno que ha visto el planeta.
Esperemos que esta noche todo sea solo fútbol y sana emoción. Y se dejen de lado escenas como estos padres tratando de introducir con su hija pequeña bengalas ilegales en el Estadio.