El exmayordomo del papa, Paolo Gabriele, no apelará la condena a 18 meses de cárcel por robo de documentos reservados del Pontífice, dictada por el Tribunal de Justicia del Vaticano el pasado 6 de octubre, informó hoy su abogada, Cristiana Arru.
La letrada precisó a la agencia Ansa que no ha presentado apelación en los tiempos previstos. Cristiana Arru ya dijo al conocer la decisión del Tribunal que era "una buena sentencia".
Gabriele, de 46 años, sigue en arresto domiciliario en su casa del Vaticano, junto a su esposa y sus tres hijos, a la espera de lo que decida el Tribunal vaticano sobre su modo de vida futura.
Según el portavoz vaticano, Federico Lombardi, el papa Benedicto XVI no descarta perdonar al mayordomo infiel.
"La posibilidad de la concesión del perdón es muy concreta y muy verosímil", dijo Lombardi el día de la sentencia, aunque agregó que desconoce cuándo se producirá.
Según fuentes vaticanas, Benedicto XVI decidirá una vez haya leído la sentencia y sus motivaciones, dictada por el tribunal compuesto por Giuseppe della Torre (presidente), Paolo Papanti Pelletier y Venerando Marano, tras cuatro audiencias y dos horas y media de deliberaciones.
El juicio comenzó el 29 de septiembre, con la primera audiencia. La segunda se celebró el 2 de octubre, la tercera al día siguiente y la última el 6 de octubre.
Ese día, al ser preguntado por el Tribunal si se sentía culpable o inocente Gabriele dijo que actuó "por amor" a la Iglesia y al papa.
"La única cosa que siento muy fuerte dentro de mí es la convicción de haber actuado por exclusivo amor, diría visceral, por la Iglesia de Cristo y por su Jefe visible (el Papa). Repito, no me siento un ladrón por lo que he hecho", aseguró el mayordomo.
Ya en el interrogatorio del 2 de octubre, explicó que la situación de "desconcierto" que veía en el Vaticano, así como la corrupción en la Iglesia fue lo que le empujó a reunir documentos y filtrarlos a la prensa, con el objetivo de que su publicación supusiese un 'shock' para la Iglesia y ésta regresara al buen camino.
"Paoletto", como es conocido el mayordomo, dijo que el papa es una persona "manipulable", que muchas veces hacía preguntas que demostraban que estaba mal informado y que "tenía que saber" lo que ocurría en el Vaticano.
El Promotor de Justicia del Vaticano (fiscal), Nicola Piccardi, pidió tres años de cárcel, tras señalar que no había indicios de que actuara con cómplices, mientras que la abogada Arru solicitó que la pena pasase de robo a apropiación indebida y que, en ese caso, dado que no ha sido interpuesta ninguna querella contra Gabriele, no pueda ser condenado.
Con este juicio no concluye el escándalo conocido como "Vatileak", ya que en fechas aún por decidir comenzará el juicio contra Claudio Sciarpelletti, de 48 años, acusado de presunto encubrimiento y que en un principio iba a ser juzgado junto a Paoletto, pero el tribunal decidió separar los dos casos.
En este juicio no fue aceptada la documentación de los testigos, recogida por la Comisión Cardenalicia ordenada por el Papa para investigar el caso, al considerar el Tribunal que fue creada según el Código de Derecho Canónico y sólo responde ante el Pontífice.
Se desconoce si en algún momento se informará sobre esos interrogatorios.