Los rebeldes libios armados con fusiles de asalto, acompañados por vehículos todoterreno con piezas de artillería y lanzacohetes, se desplazan este lunes en el frente del oeste para tomar la ciudad portuaria de Sirte, feudo natal del coronel Muamar al Gadafi. Las enormes colas de vehículos en la carretera que enlaza Sirte con Bengasi, la capital rebelde en el oeste del país, daban cuenta de la movilización general de efectivos para lanzar el asalto definitivo a esa ciudad, según pudo constatar Efe.
SIRTE, ÚLTIMO OBSTÁCULO
Sirte, a unos 470 kilómetros al este de Bengasi, es el último obstáculo que separa a los milicianos de su objetivo final, Trípoli. En Ras Lanuf, se podían apreciar los restos de los enfrentamientos de hace tres semanas, con viviendas destruidas, una mezquita alcanzada por los combates, aunque las instalaciones petroleras aparentaban hoy normalidad.
Los calcinados camiones de las brigadas gadafistas y otros elementos de transporte blindados sembraban la carretera a cada tramo y mostraban los restos de los ataques de los aviones de la coalición internacional, que paró en seco la ofensiva gadafista a las puertas de Bengasi hace nueve días. No obstante, a pesar de los bombardeos sobre Sirte esta noche, las fuerzas gadafistas han presentado combate en la localidad de Naufaliya, a unos 147 kilómetros al sureste de la ciudad que los milicianos pretenden tomar hoy.
Los escasos corresponsales que se encuentran en la ciudad, como la periodista del Times de Londres Deborah Haynes afirman que la ciudad sigue en manos del régimen del coronel Muamar al Gadafi. La agencia estatal libia indicó hoy que además de los bombardeos aliados sobre la capital y Sirte, esta madrugada los aviones de la coalición internacional habían atacado zonas habitadas de Sebha donde habían causado numerosas víctimas civiles, aunque ninguna fuente independiente puede corroborar esta información. Las fuentes militares citadas por la agencia estatal señalaron que también fue bombardeada la localidad de Mizdah, unos 180 kilómetros al sur de Trípoli.
Los milicianos alcanzaron ayer en su imparable avance Ben Yauad, a medio camino entre Sirte y Ras Lanuf, el enclave petrolero que cayó en sus manos al igual que Briga, otro importante puerto petrolero. Los rebeldes libios desviaron ayer su incursión hacia Sirte por el suroeste a través de la localidad Naufaliya, a unos 147 kilómetros de la ciudad considerada el feudo tribal de Gadafi. Es en este punto donde los gadafistas han plantado combate, según la cadena Al Yazira.
El enorme impulso de la ofensiva rebelde les ha permitido recorrer más de 450 kilómetros desde que partieron de Bengasi el sábado, con la ayuda de la aviación internacional, que anuló la capacidad defensiva de los gadafistas y estos tuvieron que retirarse en desbandada. Sirte, situada a unos 450 kilómetros el este de Trípoli y donde Gadafi acostumbraba a recibir y agasajar a sus huéspedes preferidos, está considerado uno de sus principales feudos tribales y puede decantar la suerte de un régimen que dura más de 41 años.
LA OTAN ASUME EL MANDO EN LIBIA
La OTAN se ha hecho cargo cargo de las operaciones de protección de la población civil libia, lo que implica la dirección de los ataques contra objetivos terrestres. Los 28 miembros de la Alianza cerraron este domingo un acuerdo para que la OTAN "implemente todos los aspectos de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU para proteger a los civiles y las zonas pobladas de las amenazas de ataques por parte del régimen de (Muamar al) Gadafi", explicó la fuente.
La decisión, acordada por los embajadores de los países miembros de la organización, supone que la Alianza Atlántica controlará todas las operaciones militares en torno a Libia. La OTAN ya pactó el pasado jueves hacerse cargo del mantenimiento de la zona de exclusión aérea, y ya antes había acordado vigilar con una operación naval el cumplimiento del embargo de armas, también en cumplimiento del mandato de Naciones Unidas.
Hasta ahora la vigilancia de la zona de exclusión aérea y la protección de la población civil ha estado a cargo de una coalición de países voluntarios encabezada por Francia, Reino Unido y Estados Unidos. El teniente general Charles Bouchard, de la Fuerza Aérea canadiense, será el responsable de las operaciones de la OTAN en Libia. Bouchard es actualmente el jefe adjunto del Mando Aliado Conjunto de Nápoles (Italia), desde donde se dirigen las acciones en el país norteafricano.