J.A.Q., acusado del atropello múltiple en las fiestas de Alcorcón de 2013 que causó la muerte a un joven e hirió a otras doce personas, ha prestado declaración en el juicio que ha arrancado hoy en el Juzgado de lo Penal número 4 de Móstoles, tras el aplazamiento de la vista el pasado 9 de junio.
Según ha relatado el fiscal durante la vista, en torno a las 5:15 horas del 7 de septiembre de 2013, el acusado conducía su coche, un BMW 320, en una zona de Alcorcón donde se concentraban cientos de personas por la celebración de las fiestas patronales y donde el tráfico era "escaso y lento".
Pero, "sin que el acusado respetara tales circunstancias", "circulando a una velocidad superior a la requerida en dicha vía" y con "el más absoluto olvido de las normas de atención y cautela que exige la conducción", atropelló en primer lugar a dos chicas que cruzaban la carretera "sin que hubiera semáforo ni ceda el paso", según el fiscal.
El acusado, que ha respondido tanto a las preguntas del fiscal como a las de los abogados, ha asegurado que "no iba rápido", que "no se saltó" el stop previo a la entrada a la calle donde ocurrieron los hechos y que no se percató de que había atropellado a estas dos primeras chicas.
Tras este hecho, según el fiscal, el acusado siguió conduciendo con "la misma actitud temeraria" y arrolló a una tercera persona "que se encontraba en la calzada sin paso de peatones, impactando contra el parabrisas delantero y desplazándole desde el capó hasta el pavimento donde cayó".
La víctima, un varón de 30 años, sufrió politraumatismo con fractura de la base del cráneo y hemotórax masivo que provocaron su muerte.
"El chico se me cruzó y no pude evitarlo, se vino contra el capó y el cristal y entonces paré y me bajé", según el acusado, que dijo que acto seguido empezaron a "tirarle botellas" e "intentaron agredirle", por lo que vio su vida y la de su pareja "en peligro" y decidió volver al coche y "cerrar las puertas".
Fue entonces cuando, según el fiscal, reanudó la marcha "con temerario desprecio a la vida" de quienes estaban frente a su vehículo, arrollando en su huida a otras diez personas que sufrieron heridas de diferente gravedad, algunas de ellas estaban ayudando a la víctima que yacía en el suelo.
"Estábamos rodeados, vi un huequecillo e intenté salir de ahí como pude", se ha defendido el acusado, quien no recuerda si había gente delante del coche ni si en su huida atropelló a más gente, ya que "no sabía si los impactos venían de las botellas y patadas que lanzaban contra el coche o de personas golpeadas".
Según el fiscal, posteriormente el acusado "dejó el coche abandonado" y llegó a "denunciar el robo del vehículo a la policía", cosa que el acusado ha negado ante el juez, asegurando que él intentó hablar con la policía pero "no podía" por el shock de los hechos.
Cuando fue detenido esa misma madrugada, admitió haber consumido hachís y en el control de alcoholemia tenía 0,20 mg/l de alcohol en sangre a las 6.49 horas -"más de una hora después del atropello", según el fiscal.
"Me había bebido solo una cerveza, por que cuando cojo el coche no bebo, y le había dado dos caladas a un porro, pero no iba borracho ni puesto, yo no voy a lo loco", dijo el acusado que justificó su actuación en el temor por su vida y la de su pareja, entonces embarazada de un mes.
Este hecho, que el abogado defensor intentó introducir como atenuante, fue tachado por el fiscal de "irrelevante" y el juez lo rechazó por "no tener excesiva trascendencia" en los hechos que se juzgan.
El abogado de la aseguradora ha recalcado que la vía donde ocurrió el atropello no estaba cortada el tráfico pese a que en los alrededores había mucha gente practicando 'botellón', algo "ilegal" y sin apenas vigilancia policial.
El Ministerio Público ha solicitado para el acusado 9 años y medio de cárcel por un delito de homicidio por imprudencia grave acompañado de delito de lesiones imprudentes y de conducción temeraria con desprecio a la vida, además de la petición de retirada del carné de conducir durante 20 años.
Además, solicita una indemnización de 105.133 euros a la madre del fallecido, 76.460 euros al padre y otras cantidades a los heridos.
La acusación particular de dos de los lesionados solicita 10 años de cárcel por sendos delitos (5 años cada uno) de conducción temeraria con desprecio a la vida y lesiones, y 20 años de retirada del carné.