La Policía Nacional ha detenido en Madrid a doce miembros de una banda que supuestamente se hacía pasar por técnicos de compañías telefónicas para robar a sus clientes móviles valorados en un total de más de 300.000 euros.
De manera fraudulenta, adquirían los datos de aquellos que habían comprado un teléfono recientemente, les llamaban para ofrecerles uno mejor y se ofrecían para recoger el antiguo en su domicilio, del que se apoderaban y revendían.
Según ha informado la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la investigación comenzó después de la denuncia de una de las víctimas, quien relató cómo los supuestos técnicos le sustrajeron su dispositivo mediante el citado procedimiento.
Con esta información los agentes pudieron localizar y detener a dos personas que iban vestidas con el uniforme de la empresa de telefonía cuando se disponían a sustraer el móvil de un domicilio y llevaban otro del que se habían apoderado recientemente.
Dentro de la organización criminal, los que cumplían esta función de "recoger" los dispositivos eran conocidos como "mensajeros", según los investigadores.
Avanzadas las pesquisas, la compañía telefónica afectada informó sobre una fuga de datos de clientes por parte de una empresa subcontratada y ubicada en el extranjero.
Todos los clientes cuya información se vio comprometida tenían en común que habían solicitado la compra de un teléfono. En el caso de que solicitasen una devolución, por cualquier motivo, los arrestados aprovechaban para ponerse en contacto con ellos para tratar de timarlos.
Las víctimas no se percataban del engaño hasta la llegada de la siguiente factura mensual, cuando descubrían que la compañía les seguía cobrando las cuotas del teléfono que habían devuelto y la compañía telefónica no tenía constancia de ello.
Para entonces, los miembros de la banda ya habían vendido el terminal o lo había entregado a la persona que le había facilitado los datos de la recogida.
Estos últimos, además de filtrar los datos de sus objetivos a los ladrones, se encargaban de facilitarles el transporte, el alojamiento y la manutención en los casos en que tuvieran que desplazarse fuera de la Comunidad de Madrid. Asimismo, les indicaban dónde tenían que vender los terminales sustraídos.
Además, los agentes descubrieron que en una conocida red social habían creado un perfil con la finalidad de reclutar nuevos mensajeros y lograron identificar al creador.
También detectaron empresas de compra-venta de artículos en las cuales daban salida a los productos e inspeccionaron dos de ellas.
En total, calcula la Policía, la banda causó un perjuicio económico de más de 300.000 euros a sus víctimas.
La operación culminó con la detención de doce supuestos integrantes de la trama, quienes fueron puestos ante la autoridad judicial acusados de delitos de estafa, descubrimiento y revelación de secretos y pertenencia a organización criminal.