Caen un 30% los ataques de lobo al ganado en tres años en la región de Madrid

Los ataques de lobo a la cabaña ganadera madrileña han pasado de 318 en 2018 a 108 en 2021, según la Comunidad de Madrid, que atribuye este descenso de más del 30% a que su dieta ha cambiado y ahora se alimentan más de carroña.

El lobo ibérico (canis lupus signatus), una especie protegida al sur del Duero, volvió a asentarse en Madrid en 2013 aproximadamente, tras más de 70 años extinguido.

En la actualidad, la Comunidad tiene localizados a cinco grupos reproductores en la Sierra del Rincón, valle del Lozoya y alrededores de Santa María de la Alameda.

Y también con presencia estable en varios puntos al suroeste de la vertiente meridional de la Sierra de Guadarrama, donde es posible que puedan llegarse a asentar en el futuro, según los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente.

Sin embargo, el lobo ibérico se ha topado con una barrera casi imposible de franquear en su expansión hacia el sur de la Península: la tupida red de carreteras de Madrid, donde han muerto atropellados al menos doce ejemplares de estas manadas en los últimos años.

Desde 2015 hasta 2019, siete lobos murieron arrollados en un tramo de menos de cinco kilómetros de la A-1, autovía que depende del Estado, lo que la convierte en la vía más letal de la región para el lobo, seguida de la M-608 (El Escorial-Torrelaguna), que gestiona la Comunidad y donde han perdido la vida al menos dos ejemplares.

Las agresiones de lobos al ganado en la región madrileña, todas ellas localizadas en zonas al norte de la capital, crecieron hasta el año 2018, cuando llegaron a alcanzar los 318 ataques, pero desde entonces la cifra no ha parado de bajar.

En 2019 hubo 238 ataques, en 2020 128 y 108 en 2021, según los datos que la Consejería de Medio Ambiente facilitó el 8 de julio en la última Mesa del Lobo, integrada por la Administración regional, expertos medioambientales, asociaciones de ganaderos, grupos ecologistas y ayuntamientos, entre otros colectivos.Entre los ganaderos hay quien asegura que hay muchos más ataques, pero que se rechazan las denuncias.

Según un comunicado de la Unión de Agricultores, Ganaderos y Silvicultores de Madrid (Ugama), el pasado 3 de agosto se produjo un "nuevo ataque de lobo" en las inmediaciones del Cerro de San Pedro, en el término de Colmenar Viejo.

"Los propietarios de la finca, alertados por los bramidos de las vacas, sorprendieron a dos lobos en pleno ataque devorando vivo a un ternero, llamándoles además la atención que uno de los lobos llevaba un identificador GPS en el cuello", añade.

El presidente de Ugama, Alfredo Berrocal, sostiene que los Agentes Forestales, por “órdenes de arriba”, están rellenado los informes de daños sin concretar la especie causante del ataque a los animales.

Confía que en esta ocasión "no se tengan dudas de que el ataque fue causado por un lobo, ya que estaba monitorizado mediante GPS y no se supone que los lobos estaban practicando senderismo en el mismo momento y lugar del ataque", apostilla.

Pero parece que no va a ser así. Del peritaje efectuado por los agentes forestales, que dependen de la Consejería de Presidencia, Justicia e Interior, "se derivan conclusiones técnicas que no corroboran los datos" señalados por Ugama, han asegurado a Efe fuentes de consejería de Medio Ambiente.

El Gobierno regional ultima una estrategia con la que pretende hacer compatible la convivencia del lobo ibérico y la ganadería extensiva, según avanzó el director general de Biodiversidad de la Comunidad de Madrid, Luis del Olmo.

Este plan, destacó Del Olmo, estará dotado con más de tres millones de euros para desarrollar medidas ya probadas y nuevas iniciativas durante los próximos cinco años, y se incluirá una nueva línea de ayudas para que las pequeñas explotaciones trabajen en la prevención de daños.