Bartolomé Rimero, de 75 años, cultivó en 2006 una cabeza de ajos de 726 gramos. Ahora, por sorteo, ha vuelto a conseguir un huerto situado en la Finca Liana de Móstoles.
Como Bartolomé, diecinueve mayores de la ciudad han sido agraciados con un terreno delimitado mediante vallas de madera y dotado con una caseta en la que guardar los aperos de labranza.
Aparte de estos huertos, el Ayuntamiento de Móstoles ha reservado cinco pequeñas parcelas para enseñar a los niños del municipio lo que es trabajar la tierra.
Los adjudicatarios de los huertos podrán cultivarlos durante dos años prorrogables otro más.