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Más de 400 viviendas afectadas en seguimiento, 41 ya derribadas o en trámites y 84 familias desalojadas o en proceso es parte del saldo actual de los daños causados por el Metro en San Fernando de Henares, un municipio de alrededor de 40.000 habitantes que en el último año ha visto agravarse y extenderse un problema que ya se ha convertido en un drama social.
Javier Madueño, su mujer y su hija viven con la maleta hecha desde hace dos meses, cuando sus vecinos les alertaron de cómo evolucionarían las diminutas grietas que acababan de aparecer en su casa y de que se prepararan para sacar sus pertenencias.
Este lunes se sumarán a la lista de 54 familias que hasta la fecha han tenido que desalojar sus viviendas, declaradas en ruina por los daños causados por la línea 7B de Metro.
“Empezamos a ver unos hilillos finos, en las juntas de las paredes; al principio fue simplemente eso, pero habíamos hablado con muchos vecinos que han pasado por la misma situación, que nos dijeron que empezáramos a sacar las cosas de casa, empezando por las escrituras y lo más importante”, indica Javier a Efe.
Esos “hilillos” se hicieron después más largos, "luego empezaron a abrirse, empezaron a caerse los azulejos y a abombarse el techo”, en un proceso que ha acabado en la ruina técnica del edificio en poco más de dos meses.
LA 'ZONA CERO' EMPIEZA A EXTENDERSE
Su vivienda está ubicada en la que ahora es la ‘zona cero’ de San Fernando de Henares: un área de varias manzanas entre las estaciones de San Fernando y Jarama, sobre el túnel de Metro y en el entorno de su pozo de bombeo, que se empieza a ampliar a más calles por el efecto del agua subterránea, que está provocando el hundimiento de los edificios y que ha llevado a continuos cierres y trabajos de impermeabilización de la línea 7B, cerrada de forma urgente el 24 de agosto y sin fecha definida de reapertura.
“La situación es crítica: nos pasamos la noche entre crujidos, con mucho miedo. Cuando nos dijeron que nos iban a desalojar, ese día dormí poco, pero más tranquilo”, cuenta Javier a Efe.
Las 16 familias de su bloque y el contiguo, el 3 y el 4 del número 7 de Rafael Alberti, tienen de plazo hasta este lunes para abandonar sus viviendas.
El Ayuntamiento de San Fernando ha notificado también el desalojo de las 14 viviendas de los bloques 1 y 2, porque el acceso a sus portales se realiza por la zona más afectada del inmueble, a la espera de una alternativa segura por parte de la Comunidad de Madrid.
“El Ayuntamiento ha planteado el desalojo de los cuatro bloques. Si la Comunidad de Madrid entiende que los vecinos de los bloques 1 y 2 tienen que seguir ahí, tiene que presentar un plan de seguridad y el Ayuntamiento lo valoraría, pero con las actuales condiciones de entrada a la finca y los problemas de seguridad que plantea el suministro de gas teníamos que decretar el desalojo de toda la finca”, ha señalado a Efe el alcalde de San Fernando, Javier Corpa.
Corpa se trasladó en la noche del jueves al número 7 de la calle Rafael Alberti para comunicar el desalojo a los vecinos. Justo un año antes estaba haciendo lo mismo con las 24 familias de la calle Presa, 4 y Rafael Alberti, 1 y 3, cuyas viviendas fueron finalmente derribadas en mayo.
CONTRATOS DE EMERGENCIA EXPIRADOS
El martes se cumple un año de su desalojo y finaliza el contrato de emergencia que ha cubierto hasta ahora su alojamiento, pero han conseguido que la Comunidad de Madrid adelante el importe de seis meses de alquiler mientras tramita los expedientes de responsabilidad patrimonial y sus indemnizaciones.
Los de Rafael Alberti 7, Presa 4 y Rafael Alberti 1 y 3 no han sido los únicos desalojados: otras 13 familias han tenido que abandonar sus viviendas de la calle Pablo de Olavide, en estudio y con un futuro “nada halagüeño”, según el alcalde, y otras tres fueron desalojadas hace 15 meses de los números 29, 31 y 33 de la calle Presa.
“En nuestro caso el 30 de abril se acabó contrato de emergencia, y ya no le cubrían a mi padre el alquiler o el guardamuebles. Desde mayo mi marido y yo pagamos su alquiler, él piensa que lo sigue pagando la Comunidad de Madrid, tiene 92 años y no le hemos dicho nada para no darle un disgusto”, cuenta a Efe Nieves Jiménez, afectada junto a su padre del número 33 de la calle Presa, que con el derribo de la casa perdió también su escuela de danza en la planta baja del edificio.
UN PROBLEMA QUE SEGUIRÁ AUMENTANDO
Con las últimas notificaciones son ya 84 las familias desalojadas por los daños de Metro en San Fernando de Henares. Los técnicos de la Comunidad de Madrid hacen en la actualidad seguimiento a 411 viviendas, según el registro de visitas que lleva el Ayuntamiento. Otras 41 han sido ya demolidas o se encuentran en trámite, y la previsión es que el número aumente próximamente.
En opinión del alcalde, el causado por Metro en San Fernando es “el mayor problema que existe actualmente en la Comunidad de Madrid”. “Lejos de contenerse, ha empeorado; eso demuestra que los trabajos que la Comunidad de Madrid ha realizado y quiere volver a hacer no han servido”, indica a Efe.
La Consejería de Transportes e Infraestructuras tiene previsto volver a inyectar mortero en el subsuelo en próximas fechas. “Ahora querían inyectar con nosotros dentro, tú imagínate. No se dan cuenta de que están jugando con la vida de personas, de niños, de mayores. Eso no es humanidad”, dice Javier Madueño.
“Cerca de la zona cero se han incorporado más bloques de viviendas en la calle Virgen del Templo y un bloque entero en Joaquín de Ripa; son nuevas zonas con problemas que no había hace un año. Las de Rafael Alberti o la calle Presa hace dos años tampoco tenían ninguna grieta, los daños van a una velocidad de vértigo”, señala a Efe Eloy Rodríguez, portavoz de la Plataforma de Afectados por Metro.