El secretario general del PSM y candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Tomás Gómez, ha anunciado este martes su compromiso de incrementar en 10.000 el número de docentes en primaria y secundaria y rebajar los ratios de alumnos por clase en todos los tramos educativos.
Gómez ha trasladado este compromiso, que forma parte de su "programa de gobierno" de cara a las elecciones del 24 de mayo, a los representantes sindicales de la Mesa Sectorial de Educación con los que se ha reunido en la Asamblea de Madrid de CCOO, UGT, CSIF y ANPE.
En declaraciones a los medios, Gómez ha precisado que el objetivo es alcanzar el número de 50.000 docentes a jornada completa, con la consolidación de 6.000 puestos de interinos y la creación de 4.000 puestos de trabajo.En cuanto a los ratios, se establecerán topes máximos de 25 alumnos por clase en primaria, 30 en ESO y 35 en Bachillerato.
Gómez ha dicho que quiere que Madrid tenga un modelo educativo "escandinavo", como Finlandia, Noruega y Suecia, para lo que hace falta, según él, "sentido común", es decir, "entenderse con la gente de los colectivos y organizaciones sindicales", y "recursos económicos". A este respecto, ha asegurado que Madrid "no tiene un problema de recursos económicos sino de la gestión de los recursos".
El candidato socialista ha enmarcado este compromiso en un "plan de emergencia de recuperación de la educación" y de "reconstrucción del sistema educativo" de la región, al que se ha referido como una "prioridad política" de un posible gobierno socialista, entendiendo la educación no como un servicio público sino que como "un derecho de las personas".
Gómez ha apostado por un sistema basado en la educación pública, en la calidad, en "más equidad y menos desigualdad" y de más "fácil acceso", eliminando las "barreras al alumnado". Así, se ha comprometido a eliminar las tasas de la FP y a crear 20.000 nuevas plazas de FP.
También se ha comprometido a rebajar las tasas de las escuelas oficiales de idiomas y escuelas de música Además, ha asegurado que suprimirá los conciertos educativos en aquellos centros "ultrarreligiosos" que segregan a su alumnado por sexo y garantizará que ninguna familia tenga que sacar a un niño de su barrio para matricularlo en un centro público en cualquiera de las etapas educativas.