Los investigadores han hallado restos de ADN de la tía del conocido como casero de Majadahonda en la picadora industrial de carné que escondía en la vivienda, una máquina en la que también se había encontrado sangre de la inquilina argentina desaparecida, según han confirmado fuentes de la investigación.
También han hallado restos orgánicos de Liria Hernández, propietaria del chalé de Majadahonda, en un serrucho que supuestamente habría utilizado su sobrino Bruno para descuartizar a ambas mujeres.
El Juzgado de Instrucción número 1 de Majadahonda, que instruye el caso, ha recibido un informe forense que confirma que se han encontrado estos restos orgánicos. El primer informe de criminalística ya descubrió pequeños restos de sangre que, cotejados con los de su hermano, resultaron ser de Adriana, la inquilina desaparecida desde finales de marzo.
En un segundo informe, practicado tras desmontar la Guardia Civil toda las piezas de dicha trituradora, encontraron además los restos de Liria, una mujer cuyos parientes y vecinos han dicho que no ven desde hace cinco año, han indicado las mismas fuentes. El detenido aseguró a los agentes que se fue a una residencia, pero no lo han localizado en ninguna.
La desaparición de la tía de Bruno coincidió en las fechas en la que anunció la venta del chalé. Sin embargo, luego se le perdió la pista y apareció en la casa del arrestado un papel indicando que le cedía la propiedad. Un escrito que la Guardia Civil está revisando si su firma pertenece realmente a la propietaria o está falsificada.