Si hay una localidad en Madrid donde la Semana Santa tenga aroma a azúcar, esa es Morata de Tajuña. A sus famosas palmeritas se unen en estas fechas otros dulces. Algunos de ellos, indispensables para mantener tradiciones como la de "correr el hornazo".
Los hornos de las panaderías y pastelerías de Morata funcionan a toda máquina. Comienza la Semana Santa y las tortas de Pascua y los hornazos tienen que estar listos. Y Raúl no para. Se levanta a las 2 de la mañana para alimentar pasiones y tradiciones.
Los degustarán el Domingo de Resurrección, en la tradicional fiesta de correr el hornazo.
Pero antes, podemos cometer otros dulces pecados como las bolas de fraile, los pasioncitos, las torrijas, la leche frita, o las tentaciones.
Y como colofón a las tentaciones de Loli, una pequeña chocolatina con un símbolo. El de la pasión de Morata de Tajuña. Sin duda, la que cuenta con el envoltorio más dulce de todo Madrid.