La familia de la psicóloga madrileña Sandra Bermejo, de 32 años, sigue descartando un accidente o un suicidio como principales hipótesis de su muerte, una vez que la Policía Científica de A Coruña ha confirmado que los restos humanos hallados el pasado 23 de diciembre en el Cabo Peñas, en el concejo asturiano de Gozón, resultan compatibles con su perfil genético.
El presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, así lo reiterado este miércoles a EFE tras la conversación que mantuvo esta mañana con la familia momentos después de que la Policía Nacional de Gijón les comunicara oficialmente el resultado del ADN a través de una llamada telefónica.
Amills, que ejerce como portavoz familiar, decidió entonces desactivar la alerta en la que figuraban junto a una fotografía de Sandra sus datos de filiación y sus características físicas para ver si algún testigo podía aportar alguna pista sobre su posible paradero desde que fue vista por última vez el 8 de noviembre en Cabo Peñas.
“La noticia del ADN ha sido un jarro de agua fría para la familia”, ha asegurado Amills, quien ha considerado que la investigación policial no despeja las numerosas incógnitas que se abren para los familiares sobre lo qué le ocurrió a Sandra.
La familia quiere conocer "qué pasó y en compañía de qué personas" se encontraba la joven psicóloga desde las cinco de la tarde del 8 de noviembre, cuando su teléfono móvil dejó de estar operativo en el aparcamiento más próximo a la peña La Gaviera, y el 9 de noviembre, cuando un ciclista captó la imagen de una joven cuyas características físicas eran similares a las de ella en una zona prohibida al paso muy próxima al acantilado.
La familia rechaza tanto la idea del suicidio como la del accidente fortuito, como barajó la Policía de Gijón en un principio.
Para Amills, la zona donde aparecieron los restos humanos “va en contra de la lógica” porque, según su teoría, si Sandra se hubiera despeñado “no habría aparecido contracorriente y su cuerpo iría en dirección al Golfo de Vizcaya y no hacia Galicia”.
La declaración de unos percebeiros que relataron a los agentes que habían visto otros dos coches aparcados junto al vehículo de Sandra Bermejo sobre las 7:30 horas del 9 de noviembre demostrarían, según el portavoz familiar, que “no estaba sola”, por lo que en su opinión “alguien sabe qué pasó aquella noche o aquella madrugada porque el accidente fortuito lo seguimos descartando rotundamente”, ha añadido.
La Comisaría de Gijón mantiene abierta la investigación para tratar de esclarecer lo ocurrido y, a juicio de la familia, “las incógnitas no se han despejado”.
SOS Desaparecidos tiene la intención de seguir contando con la colaboración de un grupo de detectives que se han ofrecido de forma altruista para “buscar la verdad”.
El presidente de la asociación y la familia han defendido desde un principio la teoría de una desaparición forzosa y admiten que hasta que no se llegue al fondo de la investigación no contemplan el suicidio, "dado el carácter y la personalidad" de Sandra.
“Seguimos pendientes de ver qué revela la autopsia para tomar las decisiones oportunas y si es necesario pediremos una segunda autopsia”, ha avanzado el portavoz.
La familia no esperaba que el laboratorio de la Policía Científica de Galicia confirmara la compatibilidad de los restos humanos hallados por un pescador en Cabo Peñas con el perfil genético de Sandra, después de que “inicialmente la Policía dijera a la familia casi con toda seguridad que no era ella y ahora digan que sí es su cuerpo”, ha concluido Amills.