Continúa la búsqueda de la madrileña Sandra Bermejo, psicoterapeuta de 32 años que vivía en Gijón y que desapareció el pasado 8 de noviembre. Su vehículo fue encontrado aparcado en la zona del Cabo de Peñas, donde su familia confirma que "ella iba a pasear y a estar en la naturaleza".
La última señal del móvil la sitúa en ese lugar sobre las 17.00 horas del martes 8 de noviembre. Su coche se localizó el viernes en el aparcamiento más cercano a la peña La Gaviera, en el vértice que se encuentra tras el faro de Cabo Peñas.
Son nueve días sin rastro de la joven. Sus compañeras de clase de teatro fueron las primeras en notar su ausencia el día 8 de noviembre y, al día siguiente, Sandra no llamó a su madre a la hora a la que habían quedado, "se llamaban cada dos o tres días para charlar por videollamada", explica su tía Esther.
"Cuando mi hermana no consigue contactar con ella se dispara la alarma, pero no ha sido una desaparición voluntaria, no hay ningún motivo que indique eso. Ella tenía organizada la agenda con sus pacientes, el martes por la mañana pagó unas clases de lectura para el fin de semana y el jueves había quedado para correr con un amigo suyo", declara la tía de Sandra, Esther.
La tía de Sandra ha sido entrevistada este jueves en Telemadrid y ha explicado que Sandra "decidió irse a vivir allí para estar en contacto con la naturaleza, así que puede ser que fuera a esa zona a pasear y relajarse antes de trabajar, pero no entendemos su desaparición, no hay ningún motivo para pensar que sea voluntariamente".
El psicólogo y colaborador de Telemadrid Javier Urra, que trabajó en el pasado con Sandra Bermejo, ha declarado que "si en esa tarde había 60 kilómetros por hora de aire puede haberse caído, pero no es una persona arriesgada y hacía deporte". "No entiendo que, conociéndola, ella salga del coche y deje el bolso a la vista. Es una chica que es ordenada y eso me sorprende".
Salvamento Marítimo ha ampliado el radio de búsqueda de Sandra por la costa cantábrica más allá de Cabo de Peñas. Mientras, su familia pide "toda la colaboración ciudadana posible para poder encontrarla".
"En ningún momento avisó a nadie y tenía una sesión que se canceló porque no acudió. Además, ella va a teatro los martes y jueves y avisan si van a faltar. Cuando no avisa a sus amigas de teatro es cuando ellas notan su desaparición. Nosotros no fuimos conscientes hasta el miércoles porque había quedado en videollamar a su madre, como siempre hace cada dos días para charlar", cuenta Esther.
"Su vida estaba normal y la casa está tal cual, con todas sus cosas, la nevera llena y el ordenador en el sitio donde trabaja con las terapias. Queremos encontrarla lo antes posible, esperamos que alguien pueda ver la foto y decirnos algo de ella", concluye.