El ambiente festivo ha regresado a las calles aledañas a la iglesia de la Virgen de la Paloma y San Pedro el Real, en el día que se celebra la fiesta de la patrona 'oficiosa' de la capital, la Virgen de La Paloma.
Tras dos años de restricciones por la pandemia este año los vecinos se han echado a la calle para celebrar la ofrenda floral a la Virgen, la misa y el tradicional descenso del cuadro por parte de del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid. A partir de las 20 horas, será cuando el cuadro comience a procesionar por las calles de Madrid cuyo recorrido se iniciará en la plaza de la Paloma, para seguir su recorrido habitual por las calles Isabel Tintero, Gran Vía de San Francisco y Puerta de Toledo, con un acto en honor a la Virgen por parte del Cuerpo de Bomberos y Toledo, con un homenaje a la altura del n. 104, con suelta de palomas desde los balcones y canciones marianas.
Continuará después su recorrido por la calle; Toledo; plaza de la Cebada, donde varias asociaciones castizas bailarán en honor a la Virgen; Puerta de Moros, carrera de San Francisco, plaza de San Francisco el Grande, Calatrava y Paloma. A su regreso al templo, el cuadro será colocado de nuevo en el retablo, acompañado por el rezo de la salve y el canto del himno a la Virgen. A medianoche, no faltará uno de los momentos más castizos de estas fechas, la Salve a la Virgen a cargo de Mari Pepa de Chamberí en la explanada de la iglesia de la calle de la Paloma.
La alegría en las calles
"Con la pandemia estos dos últimos años hemos tenido que estar recluidos en casa, aunque hemos hecho alguna que otra escapadita. Bailamos en La Paloma el año pasado con mascarilla", señala una pareja de vecinos, celebrando que todo vuelva a la normalidad. "La gente está alegre, incluso en los actos religiosos, se ve la alegría de la gente por festejar estos días", que pondrá el colofón a las fiestas más castizas de Madrid.