La Comunidad de Madrid lidera el desarrollo en Europa de las primeras guías sobre los efectos de los tratamientos oncológicos en el sistema cardiovascular, y el Universitario de La Paz es el hospital público pionero en la implantación de este modelo de atención.
El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha inaugurado este jueves el VIII Simposio Internacional de Cardio-Oncología Cardio Tox 2022, que se celebra en este hospital público entre este jueves y mañana, viernes.
Este encuentro congrega a especialistas de todo el mundo en este nuevo campo de conocimiento, destinado a la atención personalizada de pacientes oncológicos y supervivientes para prevenir y tratar el posible daño que pueda producirse en el corazón y en el sistema cardiovascular durante y después de sus tratamientos.
En el simposio, organizado por La Paz y por la Sociedad Española de Cardiología Clínica, se presentan las primeras guías de la Sociedad Europea de Cardiología sobre este asunto sanitario.
Las guías están dirigidas por Teresa López-Fernández, especialista de La Paz y coordinadora del grupo de trabajo de Cardio-Oncología de la Sociedad Española de Cardiología, y por Alexander Lyon, del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial College y del Servicio de Cardio-Oncología del Hospital Royal Brompton de Londres.
EL CÁNCER COMO FACTOR DE RIESGO CARDIOVASCULAR
Los avances terapéuticos en el manejo de los pacientes con cáncer, así como la prevención y detección precoz de los tumores más frecuentes han supuesto una mayor supervivencia y una evolución desde un enfoque centrado en la enfermedad hacia otro que gira en torno a la persona. Los tratamientos pueden favorecer el desarrollo precoz de hipertensión o diabetes, aumentar las cifras de colesterol, desencadenar arritmias, insuficiencia cardiaca o aumentar el riesgo de trombosis.
Todo ello afecta a la calidad de vida y empeora el pronóstico global de los enfermos, especialmente si obligan a interrumpir tratamientos que estaban resultando eficaces para controlar el cáncer.
Estos tratamientos adelantan unos 20 años la edad de riesgo vascular, lo que conlleva a su vez que uno de cada tres enfermos con cáncer termine desarrollando complicaciones cardiovasculares.
La cardio-oncología está destinada a prevenir y tratar el posible daño que se puede producir en el corazón y en el sistema cardiovascular, durante y después de distintos procesos antitumorales.
Los equipos de cardio-oncología se encargan de realizar una valoración cardiovascular completa previa para identificar qué personas van a ser más vulnerables y van a necesitar una vigilancia más estrecha.
Los avances en la imagen cardíaca, principalmente en la ecografía tridimensional y técnicas avanzadas de resonancia cardiaca, permiten monitorizar de forma precisa el tratamiento y detectar cambios subclínicos que son tratables, para prevenir su progresión a cardiopatías graves.