Se han pasado el otoño y el invierno pastando en la Casa de Campo de Madrid. Han 'segado', abonado, fertilizado, trasladado semillas de un lado a otro, pariendo sus corderos y siendo atracción para los paseantes de la Casa de Campo.
Son las cientos de ovejas de la Cooperativa Los Apisquillos que, además, han pagado al Ayuntamiento por usar los pastos y a cambio se han alimentado y prestado servicios ecosistémicos, como se dice ahora.
Antes de que lleguen los calores las ovejas tienen que volver a sus prados en Puebla de la Sierra, en la Sierra Norte de Madrid.
Este 1 de mayo, si el tiempo no lo impide, el ganado y los pastores emprenderán el regreso tal y como llegaron. En una trashumancia a golpe de suela y pezuña. Al paso que marcan los animales.
En varias jornadas alcanzarán sus pastizales serranos siguiendo las cañadas, veredas, coladas, cordeles y descansaderos. La salida se ha preparado coincidiendo con un festivo para interferir lo menos posible con el tráfico motorizado.
También se ha tenido en cuenta el tráfico ciclista que suele ser muy intenso en el GR-124 (Senda Real) que une la Casa de Campo con El Pardo y que es la ruta habitual del rebaño.
Así que, dependiendo de la meteorología, los tiempos y el estado del rebaño, éste podría hacer una primera etapa desde Casa de Campo hasta las dehesas de la Ciudad Universitaria para abandonar la capital el día 2 muy temprano.